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5 principios y enseñanzas budistas para ser feliz

Buscar la felicidad es algo propio de los seres humanos ─y siempre─ de alguna u otra forma, actuamos para conseguirla. Como bien dice esa típica frase trillada de cualquier libro de autoayuda: “Estamos en este mundo para ser felices”

Aunque la sensación de “estar feliz” es una respuesta fisiológica que ya está programada en nuestros cerebros, también es cierto que entre más evolucionamos (social y económicamente hablando), la felicidad se vuelve más ambigua y efimera. En otras palabras: cada vez somos menos felices.

El tema que relaciona el ritmo de la vida moderna con la infelicidad y diferentes problemas psicológicos se ha tocado miles de veces en artículos y libros, pero entre todo, hay un consenso general en que las presiones económicas y sociales ─es decir, por ejemplo, conseguir un buen trabajo o encajar en un parámetro socialmente aceptado─ hacen que aumente el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.

Teniendo en cuenta lo anterior y obviando enfermedades que no son solo psicológicas que requieren tratamiento médico (como la depresión clínica), si dejáramos de tomarnos las cosas tan en serio, seguramente seríamos más felices. Inclusive la ciencia lo acepta.

Aunque no lo parezca, este principio pertenece a un conjunto de enseñanzas milenarias aplicadas en diversas ramas del budismo desde hace siglos. Además de ser efectivas, gran parte de su éxito radica en que cualquiera puede aplicarlas en su vida cotidiana.

En este artículo te mencionaré 5 acciones que te harán ser más feliz, de acuerdo al budismo.

Por cierto, antes de iniciar, aclaro, estas no son enseñanzas new age tipo las que encontrarás en libros como “El Secreto” o “Caldo de pollo para el alma”, sino que pertenecen a una filosofía real que se ha aplicado culturalmente desde hace siglos.

[lista n=1] Olvida las expectativas

Un punto que entra en choque entre las enseñanzas de la “nueva era” y el budismo tradicional está en el tema de las expectativas.

Muchos autores actuales sugieren que el plantearse mestas es el primer paso para llegar a la plenitud, pero en el budismo es todo lo contrario: “Hay que vivir más en el presente y dejar que el futuro fluya a su ritmo”

No es malo tener algunos objetivos que sean positivos y realistas, como por ejemplo, bajar un par de kilogramos o aprender otro idioma, pero si eres de las personas que les cuesta conciliar el sueño en las noches porque se la pasan pensando en los pendientes del trabajo o la escuela por miedo a fallar, seguramente tus expectativas estén controlando tu vida.

[lista n=2] Dejar ir

Buda decía: “El mundo está lleno de sufrimiento. El origen del sufrimiento es el apego a las cosas. La felicidad consiste precisamente en desapegarse de todo cuanto nos rodea.”

El apego hacia lo material, las relaciones y/o experiencias pasadas, pueden cambiar nuestro paradigma y estado de ánimo en un instante. Por esa misma razón normalmente a las personas les gusta ir de compras, coleccionar cosas, salir con gente que las haga sentir bien, etc.

Si bien, este tipo de comportamiento puede hacer que te sientas alegre, de igual manera puede hacer sentirte miserable. Por ejemplo: tal vez te sientas feliz por manejar un auto deportivo, pero si lo llegas a rayar o chocar, seguramente esa felicidad se borrará completamente de ti.

[lista n=3] Enfoque

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”

Podemos considerar al ser humano como un costal de sensaciones, emociones y sentimientos. Aunque todas ellas coexisten en nuestra mente y trabajan de forma más o menos similar, hay que separarlas en dos tipos: las genuinas y las que son creados por uno mismo.

Imagina que te cortas el dedo con una hoja de un libro, lo más seguro es que sientas ardor o una molestia; eso es una sensación legítima de tu cuerpo.

Ahora piensa en una situación hipotética, por ejemplo, que alguien te insulta en la calle sin razón aparente, o un pleito con alguien querido; aunque es probable que sientas ira, tristeza, o cualquier otra emoción de forma intensa, lo cierto es que es algo psicológico lo que sientes, o sea, algo creado por tu consciencia.

El enfoque puede convertir una molestia breve en un verdadero sufrimiento, y de igual manera, algo grave puede hacerlo parecer como si fuera nada. Por esa razón, si te sientes mal (física o mentalmente), siempre lo mejor es enfocarse en otra cosa y no en esa sensación.

[lista n=4] Muestra gratitud

Una de las enseñanzas más conocidas de Buda era la de estar agradecidos siempre, en especial en los momentos complicados.

Esta práctica que se utiliza no solo en el budismo, sino también en otras filosofías y religiones, tiene bastante sentido si tenemos en cuenta que al enfocarnos en todo lo bueno que nos ha pasado en nuestras vidas, automáticamente nos volvemos más positivos, y por lo tanto, más feliz.

La ciencia también ha estudiado mucho sobre este tema, incluso se aplica habitualmente en terapias cognitivas para manejar de mejor forma eventos traumáticos. Así que, no está de más intentarlo.

[lista n=5] Cambio de visión

Como bien lo explica el autor Stephen Covey: “Aunque vivimos en el mismo mundo, todos lo vemos de diferente formas”

Sin entrar en postulados psicológicos o antropológicos, no hay duda que la forma que interpretamos las cosas va a depender del significado que les demos y como las emociones actúan en nosotros.

Ya que es común que las sensaciones interfieran en las perspectivas, para contrarrestar sus efectos se habla mucho del budismo del concepto de visión.

A grandes rasgos, la visión es ver lo que hay allí. Es la claridad que puede liberarnos de las aflicciones como los celos o la ira, y permitir que llegue la verdadera felicidad.

¿Y como acceder a esa “visión”? Hay muchas técnicas, pero lo normal es que se logre a través de la meditación (ver el video de arriba).

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