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5 principios y enseñanzas budistas para ser feliz

Buscar la felicidad es algo propio de los seres humanos ─y siempre─ de alguna u otra forma, actuamos para conseguirla. Como bien dice esa típica frase trillada de cualquier libro de autoayuda: “Estamos en este mundo para ser felices”

Aunque la sensación de “estar feliz” es una respuesta fisiológica que ya está programada en nuestros cerebros, también es cierto que entre más evolucionamos (social y económicamente hablando), la felicidad se vuelve más ambigua y efimera. En otras palabras: cada vez somos menos felices.

El tema que relaciona el ritmo de la vida moderna con la infelicidad y diferentes problemas psicológicos se ha tocado miles de veces en artículos y libros, pero entre todo, hay un consenso general en que las presiones económicas y sociales ─es decir, por ejemplo, conseguir un buen trabajo o encajar en un parámetro socialmente aceptado─ hacen que aumente el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.

Teniendo en cuenta lo anterior y obviando enfermedades que no son solo psicológicas que requieren tratamiento médico (como la depresión clínica), si dejáramos de tomarnos las cosas tan en serio, seguramente seríamos más felices. Inclusive la ciencia lo acepta.

Aunque no lo parezca, este principio pertenece a un conjunto de enseñanzas milenarias aplicadas en diversas ramas del budismo desde hace siglos. Además de ser efectivas, gran parte de su éxito radica en que cualquiera puede aplicarlas en su vida cotidiana.

En este artículo te mencionaré 5 acciones que te harán ser más feliz, de acuerdo al budismo.

Por cierto, antes de iniciar, aclaro, estas no son enseñanzas new age tipo las que encontrarás en libros como “El Secreto” o “Caldo de pollo para el alma”, sino que pertenecen a una filosofía real que se ha aplicado culturalmente desde hace siglos.

[lista n=1] Olvida las expectativas

Un punto que entra en choque entre las enseñanzas de la “nueva era” y el budismo tradicional está en el tema de las expectativas.

Muchos autores actuales sugieren que el plantearse mestas es el primer paso para llegar a la plenitud, pero en el budismo es todo lo contrario: “Hay que vivir más en el presente y dejar que el futuro fluya a su ritmo”

No es malo tener algunos objetivos que sean positivos y realistas, como por ejemplo, bajar un par de kilogramos o aprender otro idioma, pero si eres de las personas que les cuesta conciliar el sueño en las noches porque se la pasan pensando en los pendientes del trabajo o la escuela por miedo a fallar, seguramente tus expectativas estén controlando tu vida.

[lista n=2] Dejar ir

Buda decía: “El mundo está lleno de sufrimiento. El origen del sufrimiento es el apego a las cosas. La felicidad consiste precisamente en desapegarse de todo cuanto nos rodea.”

El apego hacia lo material, las relaciones y/o experiencias pasadas, pueden cambiar nuestro paradigma y estado de ánimo en un instante. Por esa misma razón normalmente a las personas les gusta ir de compras, coleccionar cosas, salir con gente que las haga sentir bien, etc.

Si bien, este tipo de comportamiento puede hacer que te sientas alegre, de igual manera puede hacer sentirte miserable. Por ejemplo: tal vez te sientas feliz por manejar un auto deportivo, pero si lo llegas a rayar o chocar, seguramente esa felicidad se borrará completamente de ti.

[lista n=3] Enfoque

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”

Podemos considerar al ser humano como un costal de sensaciones, emociones y sentimientos. Aunque todas ellas coexisten en nuestra mente y trabajan de forma más o menos similar, hay que separarlas en dos tipos: las genuinas y las que son creados por uno mismo.

Imagina que te cortas el dedo con una hoja de un libro, lo más seguro es que sientas ardor o una molestia; eso es una sensación legítima de tu cuerpo.

Ahora piensa en una situación hipotética, por ejemplo, que alguien te insulta en la calle sin razón aparente, o un pleito con alguien querido; aunque es probable que sientas ira, tristeza, o cualquier otra emoción de forma intensa, lo cierto es que es algo psicológico lo que sientes, o sea, algo creado por tu consciencia.

El enfoque puede convertir una molestia breve en un verdadero sufrimiento, y de igual manera, algo grave puede hacerlo parecer como si fuera nada. Por esa razón, si te sientes mal (física o mentalmente), siempre lo mejor es enfocarse en otra cosa y no en esa sensación.

[lista n=4] Muestra gratitud

Una de las enseñanzas más conocidas de Buda era la de estar agradecidos siempre, en especial en los momentos complicados.

Esta práctica que se utiliza no solo en el budismo, sino también en otras filosofías y religiones, tiene bastante sentido si tenemos en cuenta que al enfocarnos en todo lo bueno que nos ha pasado en nuestras vidas, automáticamente nos volvemos más positivos, y por lo tanto, más feliz.

La ciencia también ha estudiado mucho sobre este tema, incluso se aplica habitualmente en terapias cognitivas para manejar de mejor forma eventos traumáticos. Así que, no está de más intentarlo.

[lista n=5] Cambio de visión

Como bien lo explica el autor Stephen Covey: “Aunque vivimos en el mismo mundo, todos lo vemos de diferente formas”

Sin entrar en postulados psicológicos o antropológicos, no hay duda que la forma que interpretamos las cosas va a depender del significado que les demos y como las emociones actúan en nosotros.

Ya que es común que las sensaciones interfieran en las perspectivas, para contrarrestar sus efectos se habla mucho del budismo del concepto de visión.

A grandes rasgos, la visión es ver lo que hay allí. Es la claridad que puede liberarnos de las aflicciones como los celos o la ira, y permitir que llegue la verdadera felicidad.

¿Y como acceder a esa “visión”? Hay muchas técnicas, pero lo normal es que se logre a través de la meditación (ver el video de arriba).

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¿Cómo ser bueno en matemáticas? Según los expertos.

No hay duda que la materia que más causa problemas entre los estudiantes de todos los niveles son las matemáticas. Y sí, solo hay que ver las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos  (mejor conocida como OCDEpara enterarte de que el nivel promedio de matemáticas en 40 de los 65 países de la lista es bastante bajo.

Sin embargo, aunque tradicionalmente se considera a las matemáticas como una asignatura que “no está hecha para todos”, lo cierto es que prácticamente cualquier persona –desde un niño de escuela primaria hasta un adulto– puede ser bueno en matemáticas si sigue los métodos adecuados de aprendizaje.

Entonces ¿Cómo puedo mejorar en matemáticas?

En este artículo te traemos una lista de consejos desarrollada por expertos que te ayudarán a mejorar tu nivel, y ¿por qué no?, ser bueno en matemáticas. Así que toma nota.

[lista n=1] Aprende y domina lo básico

De alguna u otra forma, todas los conceptos matemáticos están unidas. Es decir, para ser bueno en cálculo, es importante tener una base sólida en álgebra, pero para ser bueno en álgebra tienes que dominar primero la aritmética básica. Y así hay muchos ejemplos.

Por lo general, como lo explica el Dr. Billy Kaleva, la mayor parte de los problemas que tienen los estudiantes con las matemáticas se deben a deficiencias en temas elementales. Esto a la larga crea la creencia de que “las matemáticas son difíciles”, pero lo cierto es que si uno quiere empezar a correr, primero debe aprender a gatear.

Si te cuesta trabajo entender los ejercicios de tu libro o sientes que tu nivel no es el mejor, intenta dominar los temas básicos. Para eso dedica un par de horas a la semana en en tomar asesorías y regularizaciones.

[lista n=2] En vez de memorizar, comprende

Normalmente el sistema educativo está muy enfocado en la memorización de términos y conceptos. Si bien, esto es importante en algunas asignaturas, lo cierto es que en al menos en las matemáticas no es la mejor forma de aprender.

En las clases de matemáticas por lo general te explican los pasos para hacer una operación, por ejemplo, una multiplicación, división o una ecuación. A largo plazo puede que te aprendas el algoritmo, sin embargo, lo más seguro es que se te olvide o te cueste mucho trabajo usarlo en un problema de aplicación.

La mayoría de los expertos coinciden que la manera correcta de aprender matemáticas es a través de la comprensión.  Es decir, en vez de simplemente pensar que “7*6 = 42”, es mejor comprender que si sumas 7 veces 6, el resultado será 42.

Así que la próxima vez que estudies e intentes aprender un algoritmo, trata de comprender primero el «porqué».

[lista n=3] Aprende de los errores

Es fácil cometer errores cuando se aprenden conceptos nuevos, incluso es más normal fallar que tener éxito en un inicio. Por eso evaluar los errores es algo primordial si buscas mejorar.

Cuando hagas un ejercicio y veas que tu resultado no es el correcto, trata de evaluar y reconocer dónde está tu error. Aunque no lo parezca esto aumentará mucho tu capacidad de resolución de problemas.

De igual forma, si te quedas atorado en algún ejercicio, no olvides consultar a un tutor o a tu maestro para que te ayude.

[lista n=4] Enfócate y evita distracciones

Por su naturaleza abstracta, las matemáticas necesitan un esfuerzo extra de concentración en comparación a otras materias y, además, el margen de error es mucho menor. Por ejemplo, un signo puede cambiar completamente el resultado.

Si buscas no solo estudiar mejor, sino también tener un buen rendimiento en tus exámenes, es fundamental estar siempre enfocado en lo que estás haciendo y evitar las distracciones.

Con el tiempo podrás resolver los problemas de forma automática, pero mientras llegue ese día, evita todo lo que te pueda distraer.

[lista n=5] «Mientras enseñamos, aprendemos»

Irónicamente la enseñanza es una de las mejores formas de aprendizaje. Inclusive hay modelos educativos completos que se basan en esa premisa.

Si alguien te pide tu ayuda, intenta explicarle el tema lo mejor que puedas. Ese esfuerzo de expresar de la forma más clara posible, sin que te des cuenta hará que tu comprensión sobre el tema sea más completa.

Otra opción interesante y muy relacionada con este punto es estudiar en grupo. Aparte de que podrás aprender y enseñar al mismo tiempo, hará que tus horas de estudio sea más llevaderas.

[lista n=6] Dale una aplicación

Las matemáticas, aunque son intangibles, son de gran importancia para el mundo en el que vivimos. Sin embargo, cuando las aprendes rara vez se le dan una aplicación real y de ahí nace la típica pregunta que todos los estudiantes alguna vez hemos hecho “¿Eso para qué me va a servir?”.

El darles un uso mientras las aprendes te puede ayudar a tener un punto de vista mucho más amplio sobre el tema. Por ejemplo, con el álgebra puedes calcular proporciones de cualquier cosa (con la famosa “regla de tres”), o con la trigonometría puedes determinar la ruta más corta para llegar a tu casa.

Al final, esa aplicación que le des entre más relacionada con tu vida cotidiana, mejor será.

[lista n=7] La práctica es clave

Como bien dice el dicho: “La práctica hace al maestro”.

Puede que hayas escuchado alguna vez de tus profesores que «lo importante es practicar» y sí, sin duda una de las claves más poderosas para ser mejor en matemáticas (como cualquier otra materia).

En general las matemáticas se pueden considerar un idioma ya que te pueden servir para expresar ideas y conceptos a través de los números. Igualmente, como cualquier otro lenguaje, con la práctica vas mejorando hasta llegar a un punto que se te haga algo totalmente natural.

Así que no lo olvides, lo que se te hace complicado de entender y resolver ahora, dentro de un futuro será tan fácil como sumar 1+1. Tenlo en cuenta.

[lista n=8] No tengas miedo

Aunque no lo parezca, el miedo a las matemáticas es algo real, y probablemente lo hayas sufrido alguna vez.

Puede que por la presión de sacar buenas calificaciones en la escuela o por la frustración de no aprender un concepto que parezca difícil, el miedo y rechazo a las matemáticas puede ser causado por una gran cantidad de factores distintos, pero en general las consecuencias son las mismas siempre.

Entonces, si realmente buscas mejorar y aprender matemáticas fácilmente, es importante dejar de lado el miedo y aceptar el reto del aprendizaje. Ese pequeño cambio de mentalidad puede marcar completamente la diferencia.

Te puede interesar: ¿Cómo perderle el miedo a las matemáticas?

[lista n=+] Otros consejos

  • Trata cuando sea posible resolver problemas matemáticos y de lógica. Entre más sean, mejor, ya que te enseñarán a pensar de manera lógica y perderás el miedo intrínseco.
  • Estudia por las mañanas. Es en estas horas cuando el cerebro funciona mejor.
  • Ve documentales de ciencia (en especial de física) en tus tiempos libres. Te dará un panorama más amplio de aplicación.
  • En vez de odiarlas, amalas. Por lo general hay dos tipos de personas: los que aman las matemáticas y los que las odian. Trata de estar siempre en el primer grupo.
  • Nunca te quedes con las dudas. Si llegaras a tener una pregunta, ve con tu profesor o trata de investigarla por tu cuenta antes de que sea muy tarde.
  • Ten siempre determinación. Si de verdad quieres mejorar, tienes que estar comprometido a aprender sin importar las circunstancias.
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15 Consejos que te ayudarán a aumentar tu productividad

Sé más eficiente y productivo sin dolor

Uno de los problemas más comunes de la sociedad moderna es la “falta de tiempo”. O bueno, eso es lo que normalmente las personas más se quejan.

Y lo cierto es que realmente no falta tiempo, sino un verdadero manejo de las prioridades. Como lo explica bien la autora y coach de desarrollo personal Celestine Chua:

“Al final del día todos tenemos 24 horas, pero la diferencia está en cómo las ocupas o como las desperdicias”

¿Deseas aumentar tu productividad y que te rinda más el tiempo? En este artículo te traemos una lista de consejos que te harán exponencialmente más eficientes. Aunque no tengas la posibilidad de poner a prueba todos los consejos, es recomendable adaptar los puntos que más te interesen en tus hábitos diarios.

[lista n=1] Siempre ten un plan

Una forma fácil y rápida de potencializar tu productividad es tener un plan. Así de sencillo.

De acuerdo a la mayor parte de los expertos que se dedican a la organización del tiempo, la principal fuga de productividad se vive antes de iniciar las tareas. El periodista Jonathan Long de la revista Entrepreneur lo explica:

“El siemple hecho de no saber con qué tarea comenzar el día, te hará perder valiosos minutos que más tarde probablemente te hagan falta ”

Aunque muchas veces por la naturaleza de tu trabajo tengas que improvisar y salirte de lo que tenías planeado, el tener una idea más o menos clara de lo que debes hacer te servirá para saber tus prioridades y objetivos (se explicara más adelante).

[lista n=2] Separa las tareas urgentes

Otra acción importante para mejorar tu eficiencia es tener muy bien identificadas tus prioridades y aquellas tareas que no son tan urgentes.

Todo aquello que estás obligado/a a terminar es en lo que vas a enfocar la mayor parte de tu tiempo. Mientras tanto, lo que no es tan primordial siempre debes hacerlo al terminar lo importante o en tus ratos muertos que no tengas mucho que hacer.

[lista n=3] Crea una lista

Ya que sepas tus tareas, es momento de crear una lista de “cosas para hacer” o también conocida en inglés como «things to do».

Para crear tu lista, en una hoja de papel anota tus tareas prioritarias y los objetivos que tienes para el día. De igual manera es recomendable ponerle fecha de inicio y de fin a cada actividad.

Por cierto, un consejo importante: ten como máximo 5 tareas en tu lista. Un error que cometen las personas cuando empiezan a agendar su día es que ponen demasiadas actividades. Además de que siempre será más fácil hacer la menor cantidad de actividades posibles, el tener muchas actividades para terminar te puede terminar frustrando.

[lista n=4] Depura la lista

Ya que tienes tu lista de actividades, vuélvela a leer y analiza si las tareas que anotaste realmente son necesarias o solo te harán perder tu valioso tiempo.

Irónicamente si analizas bien lo que has anotado es bastante probable que termines borrando una o dos tareas de tu lista. Casi siempre sucede.

[lista n=5] Las tareas más complejas y estresante de inicio

Muchos creen que a idea matemática de la propiedad conmutativa de la multiplicación, es decir: «el orden de los factores no artera el producto», aplica en todos los aspectos de la vida. Pero en este caso, el orden de las tareas sí importa en las listas.

La mayoría de los expertos coinciden que siempre las actividades primordiales que tienen más desgaste debes hacerlas al inicio. ¿Por qué? Cuando las termines, todo lo demás será más simple (y de paso disminuirá bastante tu estrés y presión psicológica de terminar).

[lista n=6] Adiós distracciones

Otro pequeño cambio que mejorará bastante tu productividad y eficiencia es eliminar las distracciones que tienes a tu alrededor.

Cosas tan habituales para nosotros como Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, la radio, televisión y demás, básicamente absorben gran parte de tu tiempo y energía.

Inténtalo. La próxima vez que tengas hacer algo que necesite tu atención, apaga tu teléfono, cierra la pestaña de Facebook, YouTube y correo electrónico.

Al hacerlo, además de que harás mejor tu trabajo, también te ayudará a terminarlo más rápido. Tenlo en cuenta.

[lista n=7] Haz varias tareas si no es necesitas estas concentrado

En nuestro día a día hay actividades de relativa importancia que no requieren un esfuerzo mental tan grande, por ejemplo, hacer ejercicio, pasear al perro, recoger la casa, lavar la ropa, cocinar, etc. Es en estos casos cuando puedes hacer varias tareas al mismo tiempo para aprovechar de mejor manera el día.

Por cierto, es recomendable hacer todas estas tareas en un bloque de tiempo en concreto. Es decir, por ejemplo, durante un lapso de una o dos horas. Esto con el fin de que no te quiten más tiempo de tus tareas más importantes.

[lista n=8] Adopta algún sistema de aumento de productividad

Es posible que necesites un método bien estructurado para agendar tu día y por fortuna, hay muchos métodos y tácticas interesantes de aumento de productividad que se adaptan a cualquier tipo de persona.

Uno de los más conocidos y estudiados es el “Método Pomodoro”. Si no lo conoces, no te preocupes el proceso es muy simple: trabajas durante 25 minutos y luego tomas un descanso de cinco minutos. Cada sesión de 25 minutos se llama pomodoro y después de cuatro pomodoros, tomas un descanso de 15-20 minutos.

La idea clave de este método es mantenerte enfocado sin saturarte la mente. De ahí viene su efectividad.

[lista n=9] Prepara todo antes de iniciar

Hay una frase que dice: “las guerras se ganan desde la preparación”. Y en el campo de la productividad también aplica.

Al iniciar tu trabajo, es fundamental que tengas todo lo que necesites a mano para perder el menor tiempo posible.

Según estudios del Departamento de Desarrollo Profesional de la Escuela Haas de Negocios de la Universidad de Berkeley, la eficiencia de un trabajador promedio aumento de entre 20% a 35% por el simple hecho de tener todo lo necesario antes de comenzar el trabajo.

Así que, siempre intenta dejar todo preparado desde antes. A la larga te ahorrará mucho tiempo.

[lista n=10] Despiértate temprano

Como dice el dicho popular: “A quién madruga, Dios lo ayuda”

Si tienes la oportunidad, escucha o lee una entrevista de algún empresario importante que se la pase la mayor parte de su tiempo ocupado, te darás cuenta que siempre va a decir “Me levanto muy temprano”. Pero ¿Por qué?

El levantarte más temprano te puede abrir una ventana de tiempo muy valiosa. Además, mejorará tu puntualidad y tendrás la ventaja de que no habrá tanto gente o ruido que te distraiga.

[lista n=11] Date recompensas para motivarte

Como lo hizo el científico ruso Ivan Pavlov en su experimento con perros, el condicionamiento puede cambiar completamente nuestro enfoque que tenemos sobre algún comportamiento o idea.

Un incentivo animará mucho las cosas y no las hará ver tan pesada. Luego de una ardua serie de trabajo, intenta recompensarte con un dulce, una taza de café o cualquier otra cosa que te haga sentir bien.

Por cierto, visita nuestro artículo ¿Cómo mantenerte motivado siempre?

[lista n=12] No pienses y solo hazlo

Si te consideras como un procrastinador, este consejo es bastante importante  para ti.

Habitualmente en cualquier actividad siempre lo más difícil es el inicio. Es decir, tal vez no te apetezca hacer la tarea para la universidad o releer los informes del trabajo, pero luego de unos minutos después de iniciar la tarea por alguna “extraña razón” te deja de molestar y lo empiezas a hacer de forma mecánica.

[lista n=13] Aliméntate bien, haz ejercicio y descansa

Si buscas una productividad total, debes intentar conseguir la mayor cantidad de energía siempre: tanto física como mental.

Para mejorar tus niveles de energía, trata de dormir por las noches, sal a correr, ve al gimnasio y come alimentos nutritivos. Poco a poco verás que tendrás más combustible para terminar todas tus tareas y evitarás que a la mitad del día te sientas agotado/a y sin ánimos de trabajar.

Otra opción popular son los suplementos y las tabletas multivitamínicas. En estos casos no olvides consultar primero a tu médico.

[lista n=14] Ten un reloj/cronometro a mano

Algo tan simple como es un reloj con cronómetro te puede ayudar bastante en tu camino para mejorar la productividad.

Saber y estar consiente de cuánto tardas para terminar una tarea, aparte de organizarte mejor, te servirá para saber qué aspectos te quitan más tiempo y cómo puedes hacer la tarea mucho más eficiente.

[lista n=15] Practica, practica y practica.

Puede que algunos de los consejos de la lista en un inicio no sean tan efectivos o sean un poco difíciles de hacer. Si es así no te preocupes, porque al final con la práctica será más sencillo. Como bien dice el dicho: “La práctica hace al maestro”

Por ultimo, si llegas adoptar estas creencias como hábitos, seguramente te volverás una persona más productiva en cualquier aspecto en tu vida. No dudes  en ponerlos a prueba.

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8 trucos para sobrellevar la ansiedad

Consejos dados por especialistas para controlar los síntomas de la ansiedad fácilmente.

En la actualidad, problemas de salud mental como lo son el estrés y la ansiedad son parte de la dura realidad cotidiana de gran cantidad de personas. Para dimensionarlo, solamente en EE.UU. cerca del 15% de la población están diagnosticadas con alguno de estos problemas y se estima que más del 50% de las personas han sufrido algunos de los síntomas.

Por fortuna, hay formas de controlar las sensaciones tan desagradables que causa la ansiedad de acuerdo a los especialistas. ¿Sabes cuáles son? En este artículo te enlistaremos 8 consejos básicos para manejar la ansiedad y los ataques de pánico.

[lista n=1] Identifica lo que te da ansiedad

Muchas veces los ataques de ansiedad son causados por asuntos complejos difíciles de controlar, por ejemplo, la abstinencia de algunos tipos de medicamentos o drogas. Sin embargo, muchos especialistas coinciden que la sensación de ansiedad es principalmente causada por los mismos pensamientos.

El autor y terapeuta, Daniel Smith, lo explica.

“Cuando sientas que estas sufriendo un ataque ansiedad pregúntate ¿Qué lo está causando? Aunque no lo creas, si identificas bien lo que la está causando puede hacer que desaparezca en un abrir y cerrar de ojos. Tenlo en cuenta”

[lista n=2] Aprende a enfrentarla

Irónicamente lo que suele empeorar la ansiedad es la misma preocupación de sufrir ansiedad.

Como si fuera una bola de nieve, la incapacidad de enfrentar y controlar lo que estás sintiendo, en especial si estás en un lugar público o en una situación estresante, te puede hacer sentir cada vez peor.

Así que, si sufres ansiedad, es bastante importante aprender a enfrentarla.

Una forma efectiva para enfrentarla es tener claro que lo que estás sintiendo es temporal y que, aunque creas que te está dando un infarto, en realidad no te está pasando nada grave.

[lista n=3] Controla la respiración

Se sabe que muchos de los síntomas más habituales de la ansiedad como lo son los mareos, dolor torácico y espasmos musculares, están estrechamente relacionadas con la hiperventilación (respiración repetida y profunda que produce disminución en los niveles de dióxido de carbono en la sangre).

Una buena noticia es que esas desagradables sensaciones realmente no afectan a tu salud, pero puede que sigas sintiéndolas si no corriges tu respiración.

La manera más recomendada para controlar la respiración es respirando por la nariz. Con esto disminuye la entrada excesiva de aire y relajará los músculos torácicos.

[lista n=4] Sal a correr

No hay muchas cosas que te haga daño que el ejercicio no ayude a solucionar, y la ansiedad no es una excepción.

Si se ve desde el punto de vista biológico, en realidad la ansiedad no es más que un mecanismo de “huida” que sufre el cuerpo. Es decir, a nuestros antepasados cuando veían a un animal peligrosos cerca, el cerebro les soltaba hormonas para aumentar la respiración y contraer los músculos; esto era con el fin de salir corriendo lo más rápido posible para huir de la amenaza.

Nada más que en vez de salir corriendo para que un peligroso felino no nos coma, ahora nos quedamos sentados o de pie completamente paralizados.

Una buena opción cuando sufres ansiedad es salir a correr para poder liberar la adrenalina, soltar los músculos y nivelar la cantidad de oxígeno en la sangre. A corto y mediano plazo te puede ayudar bastante.

[lista n=5] Tomate un baño

Un remedio rápido y fácil para calmar y relajar el cuerpo es tomar un baño caliente.

Al hacerlo no solo tendrás efectos físicos benéficos, sino también psicológicos. De acuerdo a un estudio liderado por el Dr James Long, el tomar baños con agua tibia puede disminuir considerablemente la falta de sueño y la sensación de agotamiento mental.

Lo ideal es tomar baños de 10 minutos en una tina luego de un día largo o después de un ataque. Pero si no tienes una tina, un baño rápido en la ducha es también efectivo.

[lista n=6] Toma el sol

Algo tan simple como lo es tomar el sol, te puede ayudar a disminuir los síntomas (y más si es ansiedad clínica).

Según un estudio de la Universidad de Tampere en Finlandia, la deficiencia de vitamina D puede contribuir a la ansiedad y a su incidencia en algunas personas.

En este caso, la mejor manera y la más fácil (y barata) de aumentar los niveles de vitamina D es salir al sol durante al menos quince minutos al día. Otra opción es tomar suplementos de vitamina D, pero para esto primero consulta a tu médico para más información.

[lista n=7] Evita estimulantes como la cafeína y el alcohol

Aunque la sensibilidad a sustancias como la cafeína dependerán de cada persona, lo que si está comprobado es que en dosis altas puede aumentar considerablemente la ansiedad.

De igual manera, muchos piensan que el alcohol es efectivo para disminuir el estrés, sin embargo, solo es una sensación de relajación temporal que incluso puede empeorar algunos síntomas como lo son las jaquecas y los mareos.

Si sufres ansiedad, es importante moderar este tipo de bebidas y estimulantes.

[lista n=8] Ríe

Es difícil sentirse ansioso o deprimido cuando te ríes. Además de que es bueno para su salud en general, también puede ser útil para aliviar la ansiedad ya que:

  • Trae más oxígeno a tu cuerpo y órganos.
  • Estimula y alivia tu respuesta al estrés.
  • Alivia la tensión y relaja tus músculos.

A largo plazo, la risa también puede ayudar a mejorar su sistema inmunológico y el estado de ánimo.

Es tan efectiva la risa que en un estudio entre personas con cáncer encontró que las personas en el grupo de intervención de la risa experimentaron más alivio en los efectos del tratamiento que aquellos que simplemente estaban distraídos.

Entonces ¿Cómo reír? Puedes ver un programa de televisión o video en YouTube que te sea divertido, sal con amigos que te hagan reír o incluso encuentra humor en tus problemas cotidianos.

[lista n=+] Pide ayuda si es algo recurrente

Si bien, los consejos de esta lista pueden ayudarte a mejorar significativamente tu calidad de vida, es indiscutible que en casos más ceberos la ayuda profesional sea la mejor opción.

Si la ansiedad está afectando bastante y no te permite con tus tareas diarias, no dudes en acudir a un psicólogo o terapeuta certificado. Ellos te podrán ayudar y/o dar un tratamiento para superar la ansiedad.

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15 Beneficios leer todos los días

Lista de razones con respaldo científico por las que deberías agregar el hábito de la lectura en tu vida.

Posiblemente en alguna ocasión hayas escuchado la frase “leer te hace mejor persona”. Pero ¿Qué tan cierto es esto?

Bueno, de acuerdo a la ciencia, la lectura sí puede hacerte mejor persona desde el punto de vista del desarrollo personal, y no solo eso, también es un hábito que puede afectar positivamente tu salud a largo plazo (tanto física como mental).

Así que en este artículo te traemos una lista de 15 razones y beneficios de leer a diario. Esperamos que te motive a seguir leyendo.

[lista n=1] Te puedes convertir en un experto en algún tema

La lectura es el canal fundamental para recibir información y conocimientos a través del tiempo. Gracias a ella, prácticamente se han dado todos los avances tecnológicos, científicos y culturales que tenemos hoy en día.

Aunque no te des cuenta, cando lees estás llenando tu cabeza con muchísimos datos, y sí, puede que algunos no nos sean útiles, pero otros te pueden servir más de lo que te pudieras imaginar.

Si lees diario sobre un tema en particular, a largo plazo (al menos durante un par de años) te puedas convertir en un experto en esa materia. Como bien lo explica el autor John Maxwell:

“Para ser un experto, debes ser autodidacta. Y para ser autodidacta, debes ser constante”

Así que, si quieres mejorar en lo que te dedicas, no olvides leer diario algo relacionado con tu ocupación (al menos 30 minutos). Incluso te puedes convertir en un experto sin apenas darte cuenta.

[lista n=2] Reduce el estrés

De acuerdo a una investigación de la Universidad de Sussex, el leer, por lo menos durante seis minutos seguidos, puede reducir el estrés hasta en un 68%. De hecho, el estudio también sugiere que relajarse leyendo reduce el estrés más rápido y de mejor forma que otros métodos comunes, como puede ser escuchar música, salir a caminar o tomar una taza de té.

Los investigadores creen que esto se debe a que la distracción de estar leyendo hace que la tensión en los músculos se alivien.

El neuropsicólogo cognitivo Dr. David Lewis, quien dirigió la investigación, dijo: «No me sorprenden los resultados. Perderte en un libro es la máxima relajación que puede haber en esta vida».

[lista n=3] Aumenta tu vocabulario

No hay mejor forma de obtener un vocabulario más completo y rico que leyendo.

Cuanto más lees, más palabras verás, y esto, inevitablemente terminará expandiendo tu vocabulario cotidiano con muy poco esfuerzo.

Pero ¿Para qué sirve aprender más palabras (además de impresionar a tus amigos)?

El aumentar tu vocabulario te ayudará a expresarte de mejor manera, te dará confianza al hablar e incluso, te puede servir para potencializar tu carrera. No dudes en el poder de las palabras.

[lista n=4] Te ayuda a escribir mejor

En parte relacionado con el punto anterior, al tener un vocabulario extenso será más fácil expresar las ideas (tanto de forma hablada como escrita).

Si quieres ser un escritor profesional, redactar de mejor forma los reportes en tu trabajo o simplemente quieres comenzar un blog, leer mucho es fundamental.

[lista n=5] Es un estímulo mental

El leer cualquier tipo de libro, aunque sea «digerible» y muy fácil de leer, requiere un esfuerzo mental considerable ya que debes retener, comprender, abstraer y deducir la información. Con el tiempo, leyendo habitualmente irás mejorando estas capacidades poco a poco.

Y también no hay que olvidar que la lectura transmite emociones y sensaciones que pueden mejorar tu estado de ánimo (en un punto abajo se explicará).

[lista n=6] Ayuda a enfocar la atención

La mayoría de las personas pasamos gran parte de nuestro día buscando y navegando por Internet. Esto mantiene nuestros cerebros en constante movimiento, lo que hace que nuestros pensamientos sean cada vez más dispersos.

Mientras tanto por otro lado, la lectura enfoca nuestra atención a una sola cosa a la vez, y para generar riqueza en nuestro pensamiento debemos estar enfocados y no distraernos.

El escritor estadounidense Nicholas Carr, lo explica muy bien:

“Los pensamientos de la sociedad actual son así: imaginan que están nadando en el mar y de repente aparecen en el piso 25 de un rascacielos con un tutú y cantando el himno nacional… Son tantos los estímulos externos que ya ni sabes porque hacemos las cosas”

[lista n=7] Puede mejorar tu inteligencia

El concepto de inteligencia es bastante complejo como para decir que hay una “fórmula mágica” que te haga más inteligente, sin embargo, la lectura puede darte ese “empujoncito” para desarrollar y mejorar tu inteligencia.

Aparte de las ventajas obvias como lo es adquirir nuevo conocimiento (como se mencionó en puntos anteriores), de acuerdo a un estudio de la investigadora de la Universidad de Berkeley, la Dra. Anne Cunningham, al leer se activan áreas del cerebro que habitualmente solo las personas con una inteligencia superior al promedio suelen utilizar.

[lista n=8] Mejora la memoria

Si eres de los que se les olvida donde dejaron las llaves, puede que debas leer más.

De forma indirecta, la lectura requiere un trabajo de memorización bastante complejo. Por ejemplo, si estás leyendo una novela tienes recordar a los personajes, sus personalidades, objetivos, ambiciones, acciones, etc.

Con el hábito, a larga puede mejorará mucho tu memoria.

[lista n=9] Previene el desgaste del cerebro

Un estudio liderado por el Dr. Robert S. Wilson, del Rush University Medical Center en Chicago, concluye que las personas mayores que son lectoras frecuentes desde jóvenes tienen menos probabilidad de sufrir síntomas graves de enfermedades que afectan al cerebro como lo es el Alzheimer.

Los investigadores descubrieron que las personas que participaban en actividades mentalmente desafiantes con mayor frecuencia (hacer rompecabezas, jugar ajedrez, leer, etc.), durante gran parte de sus vidas, tenían un índice de disminución de memoria más lento en comparación con aquellos que no participaban en tales actividades.

[lista n=10] Aumenta la capacidad de abstracción

Al igual que la memorización (como se mencionó en un punto anterior), la capacidad de abstracción es fundamental en la lectura, ya que te permite comprender y manejar conceptos únicamente con las palabras.

Según diferentes pruebas publicadas por la revista Neurology, los lectores tienen mejor desarrollada la habilidad de abstraer y deducir que las personas que leen poco.

[lista n=11] Incrementa la empatía

Uno de los efectos positivos más interesantes que tiene el leer, en especial historia y novelas, es que invita a lector a “ponerse en los zapatos” de los personajes y vivir emociones y experiencias externas.

Esto a la larga puede aumentar tu factor de empatía y además contribuye en la capacidad comprensión de las otras personas.

Por lo general, las personas empáticas suelen tener mejores relaciones personales y destacan por intentar ayudar a los demás cuando lo necesiten.

[lista n=12] Mejora tu capacidad de razonamiento

A grandes rasgos, el razonamiento es la capacidad de prever, analizar y dar soluciones a situaciones particulares.

Ya que no siempre tenemos el tiempo suficiente y el ánimo para encontrar «desafíos reales» que mejoren nuestro razonamiento, los libros son un gran sustituto gracias a que son una fuente de experiencia inagotable y asequible.

[lista n=13] Puede ayudarte a dormir mejor

De acuerdo a un informe de la Mayo Clinic, leer te puede servir para relajarte y a disminuir la frecuencia de las ondas cerebrales.

Si agregas la lectura a tus rituales nocturnos, también puede ayudarte a dormir mejor.

Pero ojo, estamos hablando de libros reales. Las pantallas de los dispositivos móviles y de los libros electrónicos en vez de servirte para conciliar el sueño, pueden terminar despertandote.

[lista n=14] En algunos casos, pueden incluso curar la depresión

 

En un estudio publicado en la revista PLoS ONE, se explica que las personas que van a terapia y además leen libros de autoayuda y superación personal, superan la depresión más fácilmente que los pacientes típicos.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que también la lectura te permite conocerte mejor y comprender mejor tus emociones.

[lista n=15] Desarrollas tu lado creativo

Uno de los efectos colaterales más comunes al crecer es que tu pensamiento se vuelve más ‘mecánico’ y menos creativo. Pero ¿En qué puede ayudar la lectura a revertirlo?

Según explica el profesor e investigador para la Academic Associates, Glenn Davis, la lectura es de las mejores herramientas para desarrollar el lado creativo de las personas:

“Cuando terminas de leer alguna novela o un cuento, lo más seguro es que en tu mente se siga desarrollando esa historia. Por ejemplo, tal vez te preguntes ‘¿Qué pasaría si hubiera hecho esto o aquello el personaje principal?’ o ‘¿Qué sigue después del final?’. Aunque no lo parezca, este tipo de abstracciones a la larga desarrollan bastante tu creatividad”

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7 Consejos para crear un nuevo hábito, de Tony Robbins

Los hábitos –es decir, las acciones que haces regularmente sin importar las circunstancias– son parte fundamental en nuestras vidas. Son tan importantes que incluso adquiriendo un solo habito bueno puedes cambiar positivamente tu futuro; y de igual forma, si adquieres hábitos negativos puedes ir directo al fracaso.

El autor, conferencista, gurú de los negocios y del desarrollo personal, Tony Robbins, ha desarrollado una estrategia simple para crear hábitos positivos y romper con los negativos fácilmente.

Para los que no lo conozcan, teniendo en su cartera de clientes a personalidades como Bill Clinton, Donald Trump y Serena Williams, Tony Robbins es considerado como una de las personas más influyentes del mundo del desarrollo personal. Actualmente es colaborador en la prestigiada revistas Forbes y ha publicado más de una docena de libros y audiolibros en toda su carrera.

Así que vale la pena echarle un vistazo a lo que comenta.

[lista n=1] Descifra tus hábitos, anótalos y sustitúyelos

Muchas veces ni siquiera sabemos cuales son nuestros hábitos, y bueno, es algo completamente normal ya que los haces tan seguido que se vuelven parte de ti…

Para este ejercicio, primero que nada anota en una hoja todos tus hábitos, describe el porqué los haces y qué te hacen sentir ¿Qué hábito quieres agregar? ¿Cuál quieres cambiar? ¿Por qué quieres quitarlo? ¿Por qué quieres agregarlo? Entre más honestas sean las respuestas mejor.

Ya que los tengas anotados, es momento del siguiente paso: la sustitución.

Con la experiencia de das cuenta que la mejor manera para agregar y/o romper con los hábitos dañinos es sustituyéndolos. Es decir, si quieres dejar de ver tanta televisión, intenta mejor leer un libro. ¿Quieres ahorrar dinero? Deja de fumar y te ahorraras un dineral en cajetillas de cigarro. Etcétera.

Al hacer esto, tu mente no sentirá tan repentino el cambio y se adaptará de mejor manera al nuevo hábito.

[lista n=2] Darles un valor positivo o negativo

Por cierto, esto no solo aplica para los hábitos, sino también en muchas otras áreas de nuestra vida.

Nuestro comportamiento está basado en un principio muy simple: cada una de nuestras acciones están dirigidas hacia el placer o a evitar el dolor. Por ejemplo, vas a tu trabajo todos los días aunque no te guste para evitar el dolor de no poder pagar el alquiler. De la misma manera, ves tu programa de televisión favorito o alguna canción que te guste para levantarte el ánimo. Y así podemos seguir.

Una de las formas más poderosas para agregar o quitar un habito de tu vida es relacionándolo con el dolor o el placer.

Por ejemplo si te encanta la comida chatarra, imagina en tu cabeza una canción que odies cada que le des una mordida a tu pizza. ¿Te propusiste hacer ejercicio y ponerte en forma? Cada que salgas a correr visualiza los regalos después de la mañana de navidad.

Si repites esto muchas veces, eventualmente ya no vas a hacer las cosas a la fuerza, sino por placer o en su caso, dejarlas de hacer por dolor.

[lista n=3] Toma acción

El paso más importante para iniciar un hábito es obviamente hacerlo, así de sencillo.

Analizar, idealizar y visualizar está bien para motivarte en un inicio, pero si no tomas acción de forma consistente de lo que te hayas propuesto, esas ideas quedarán como sueños sin cumplir.

Al final toda tu energía debería estar enfocada en las actividades. Cuando lo hagas, tendrás el 99% del camino para crear un nuevo hábito.

[lista n=4] Organízalos y agrégalos a tu rutina diaria

Un hábito se debe adaptar a ti, no tú a él. Y para que de verdad se vuelva una parte fundamental tuya, debes darle una parte de tu tiempo todos los días.

Una buena forma para organizar tus nuevos hábitos es tener un calendario o agenda. Es decir, anota tus actividades como “hacer ejercicio, pasar un par de horas con la familia, leer 30 minutos, aprender algo nuevo, etc”.

Además de consolidar la adquisición de tus nuevos hábitos, mejorará bastante tu productividad. En otras palabras: mataras dos pájaros de un solo tiro sin que te des cuenta.

[lista n=5] Visualízate para los próximos 10 años

La gratificación inmediata es parte de nuestra biología y nos ayudó a sobrevivir en la época de las cavernas, pero también es una de las fuentes principales del fracaso en la actualidad.

El mundo es un lugar acelerado donde buscamos resultados rápidos para todo. Y ya no solo hablamos de cosas básicas como tener un internet más rápido o pagar un extra para envíos en el mismo día, sino que la gente usa drogas como la cocaína o heroína para tener un “subidón” en un instante. Hasta eso hemos llegado con la gratificación inmediata.

Como bien sabrás, los hábitos son para cambios a muy largo plazo y no instantáneos. Y probablemente la necesidad de “gratificarte ahora mismo” pueda entorpecer tu camino. Por eso siempre ten en mente que lo que estás haciendo ahora va afectarte positivamente para los próximos 2, 5 ó 10 años.

Cada que salgas a correr en las mañanas, ten presente a tu “yo” del mañana y no el del presente que quiere seguir durmiendo. Cuando no tengas ganas de trabajar, ten presente tu próximo asenso. Y así siempre visualízate.

[lista n=6] No pienses tanto

Como dice el eslogan de cierta marca de ropa y zapatos deportivos: “Just do it” (traducido como: ‘Solo hazlo’).

Cuando empiezas a pensar o/y analizar sobre tus acciones y creencias, lo más probable es que las termines cuestionando. Y luego tu mente se llenará de preguntas del tipo “¿Por qué debo hacerlo?”, “¿Puedo fracasar?”, “¿Estoy perdiendo mi tiempo?”, etc. y como sucede siempre con la mente humana, vas a encontrarle el lado negativo.

Todo lo valioso en tu vida, tus creencias y valores (incluyendo tus hábitos), no debes cuestionarlos nunca. Ten en cuenta que si empiezas a dudar, va a llegar un momento en que los termines desechando.

[lista n=7] Ten fe y cree que lo puedes lograr

Hay un principio irrefutable en la mente humana que dice: si crees que lo vas a lograr, lo vas a lograr.

De igual forma si buscas hacer un cambio en ti, si crees que puedes hacerlo, sin duda lo conseguirás. Pero ¿Como crear y mantener esa fe en ti?

Para construir una fe irrompible, la mejor herramienta es utiliza tus propias experiencias. Por ejemplo, si quieres dejar de fumar, recuerda el día en que conseguiste tu diploma universitario luego de mucho trabajo y esfuerzo. ¿Quieres estar en mejor forma? No olvides como estabas a tus 20 años.

Y no solamente pueden ser vivencias propias, también puedes conseguir ejemplos externos en libros, películas o incluso de algún conocido. Cualquier experiencia te va a servir a que esa fe sea más fuerte.

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¿Cómo superar el miedo a las matemáticas? Según los expertos

Es momento de hacer el examen de matemáticas. Sacas tu lápiz, calculadora, lees el problema que te piden y automáticamente se te queda la mente en blanco. ¿Te ha pasado? Si es así, este artículo es para ti.

El miedo o ansiedad a las matemáticas es más común de lo que te pudieras imaginar. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Cornell, cerca del 30% de los estudiantes llegan a sentirlo al menos una vez, y a nivel universitario estas cifras hasta pueden triplicarse.

Como sucede con las fobias a hablar en público o miedo al ser juzgado, el temor a las matemáticas te puede hacer pasar un mal rato, en especial cuando estas haciendo un examen o prueba importante.

Como explican diversos especialistas, la ansiedad a las matemáticas puede ocasionar que nos equivoquemos o que tengamos la sensación de que se nos quede la ‘mente en blanco’. Esto a su vez, en algunos de los casos puede causar frustración y una ansiedad física real (aumento de la respiración, tensión muscular, mareos, taquicardia, etc).

Pero ¿Cómo se puede superar el miedo a las matemáticas? En este artículo lo explicaremos.

El origen del miedo

Como pasa con la mayoría de las fobias, el temor a las matemáticas puede provenir de alguna situación del pasado incomoda que te haya marcado. Sin embargo, otra de las causas más habituales es la mala enseñanza que se da en la educación básica.

De acuerdo al autor e investigador del Departamento de Física de Caltech, el Dr Jerry Vuille, la poca comprensión de las matemáticas causa el fracaso en los estudiantes.

“En la escuela básica el enfoque principal que se le da a las matemáticas es en el procedimientos, es decir, se enseñan los pasos a seguir para la solución de los problemas para luego memorizarlos. El asunto es que la memoria puede fallar y esto te puede hacer fracasar fácilmente […] Como le digo a mis alumnos, si quieren ser exitosos en las matemáticas la respuesta es simple: hay que comprender las matemáticas, no aprenderlas de memoria”

Otra razón habitual del miedo y la ansiedad es la creencia de que “uno nace siendo bueno para las matemática”. Aunque se ha refutado desde hace décadas esta idea, e incluso los soviéticos demostraron que podían educar a una generación entera con un buen nivel matemático, todavía sigue muy arraigada en la mente de las personas la suposición de que “solo unos cuantos pueden ser buenos”.

Y por último está la suposición de que “si no eres bueno en las matemáticas, difícilmente vas a conseguir un buen trabajo o entrar a una universidad de prestigio”. Si bien, esto está más relacionado con el miedo al fracaso que a las matemáticas en sí, es cierto que puede afectar en tu desempeño y más cuando estás haciendo una prueba importante.

Pasos para superar el miedo a las matemáticas

Ahora que ya están explicadas las razones más comunes que pueden causar la ansiedad a las matemáticas, es momento de explicar como superarla.

Practica, practica y practica. ¿Cómo logra un futbolista profesional jugar bien y no cometer errores aunque lo están viendo millones de personas? Fácil: practicando regularmente. Si bien, las matemáticas no son tan mecánicas como otras áreas de la vida cotidiana, lo cierto es que sí puedes entrenar al cerebro para hacer ciertas tareas de forma instintiva. Por ejemplo, si resuelves decenas de problemas de fracciones, va a llegar un punto en que de forma casi automática los resuelvas.

Si haces un examen, enfócate primero en lo que necesitas hacer, no en lo que sabes. Un error bastante habitual es enfocarse únicamente en lo que estudiaste, y no en analizar primero en enunciado. Recuerda, las matemáticas son más de comprensión que de memorización.

Relajate y ten la mente abierta. La concentración es fundamental para hacer las cosas correctas, pero cuando hay estrés y pensamientos negativos todo se puede caer como un castillo de naipes en un abrir y cerrar de ojos. Lo aconsejable es siempre estar relajado y dejar que todo fluya.

No dudes en tomar asesorías. Una de las razones del éxito del plan de estudios soviéticos en materias de ciencia es el reforzamiento del conocimiento. Es decir, si un alumno no entendía correctamente algún tema, al terminar las clases se quedaba horas extras para tomar asesorías.

Dale un sentido práctico a lo aprendido. La razón principal por la que se considera a las matemáticas como una materia “difícil”, es que son muy abstractas. Para que sean más comprensibles, es recomendable aplicarlas en un ejemplo real.

Hazte pruebas constantemente. El autoevaluarte regularmente te ayudará a comprender de lo que ya sabes y lo que necesitas reforzar.

Motívate. Un estudio reciente de la Universidad de Chicago concluye que las personas con ansiedad a las matemáticas generan mucha actividad en los lóbulos frontales del cerebro. Curiosamente son zonas del cerebro que no tienen que ver directamente con los cálculos matemáticos, es decir, superar la ansiedad y rendir mejor en matemáticas puede simplemente ser una cuestión de motivar al cerebro a creer que es posible.

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Cómo aprender un idioma fácilmente según la ciencia

Una lista de consejos que te ayudarán en el camino del aprendizaje de los idiomas.

¿A quién no le gustaría aprender un nuevo idioma este año? No cabe duda que el hablar otras lenguas te da una gran ventaja competitiva en la actualidad.

Ya sea por trabajo, para conocer o comunicarte de manera efectiva con personas de otras latitudes del planeta, aprender un segundo o tercer idioma es casi una obligación en el mundo tan globalizado en el que vivimos.

Aunque hay muchísimos métodos de aprendizajes de idiomas que están muy bien desarrollados y probados, todavía hay personas que tienen la creencia que solo los niños pequeños pueden aprender una nueva lengua.

¿Se puede aprender un nuevo idioma siendo adultos? ¿Cómo aprender más fácil y rápido? Estas y otras preguntas las responderemos en este artículo.

Cómo se aprende un idioma

Para aprender un nuevo idioma no necesitas ser un genio, incluso, por la naturaleza humana se puede decir que los idiomas se aprenden de forma instintiva sin la necesidad de estímulos externos o de una “superinteligencia”.

A grandes rasgos todos adquirimos la lengua que hablamos a través de la misma serie de procesos biológicos, cognitivos y sociales. Si se conocen, hasta podemos repetir algunos comportamientos para mejorar el aprendizaje de otro idioma.

Pero ¿Cómo aprendimos el idioma que hablamos? De acuerdo al Departamento de Neurología de la Universidad de Oxford, es de esta forma:

  • Absorbiendo información utilizando los diferentes sentidos: visual (imágenes), auditiva (sonidos), cinestésica (sentimientos)
  • Transformando objetos abstractos en asociaciones lingüísticas.
  • Repitiendo y practicando los conceptos aprendidos.
  • Analizando los sonidos y las palabras que sean inusuales o extrañas (de lo particular a lo general)
  • Se crean patrones y conexiones con toda la información adquirida para darle luego sentido a conceptos más complejos.

Entonces ya que sabemos sobre como aprendimos nuestra lengua materna. ¿Cómo podemos utilizarlo para aprender otros idiomas?

Estrategias efectivas

Ser constante

Hay una frase que todo mundo conoce que dice: “La práctica hace al maestro”. Y en los idiomas igualmente aplica.

El aprender un idioma es más parecido a construir una casa que a una carrera de velocidad. Es decir, muchos tienen la idea que por el hecho de ir a una escuela un par de veces a la semana durante 6 meses es más que suficiente para dominar una nueva lengua, sin embargo el aprender un idioma requiere un esfuerzo constante e incluso cotidiano para lograrlo.

El lingüista Simon Costand comenta:

“Si deseas de verdad aprender un idioma, debes convertirlo en un hábito diario. Al final es mucho mejor aprender poco a poco todos los días que intentar memorizar un libro completo una vez a la semana”

Para dar un ejemplo, si tu objetivo es aprender nuevo vocabulario, uno de los métodos más efectivos y populares es aprender de 3 a 5 palabras al día. Al final si haces la cuenta, durante un año habrás aprendido cerca de 2,000 palabras sin mucho esfuerzo.

Practicar en situaciones reales

Puede que hayas estudiado durante años en alguna academia o en clase particulares, pero si no lo prácticas en situaciones del mundo real es muy probable que termines olvidando gran parte de lo que hayas aprendido.

De igual manera como se aplica en distintos métodos pedagógicos, para consolidar lo aprendido tienes que pasar las ideas abstractas a prácticas.

Es como las matemáticas. Si ves números y símbolos raros en la pizarra lo más probable es que termines aturdido, pero si le das una aplicación real todo va a cobrar sentido y difícilmente lo vas a olvidar”. Comenta Ed Johnson, poliglota que habla más de una docena de idiomas.

Incluso los mejores cursos de aprendizaje de idiomas (y probablemente también de los más caros) que puedes tomar, son aquellos que imparten en un país en el que se hable ese idioma como lengua común. Pese a que no tengas el dinero o el tiempo para ir al extranjero a estudiar, afortunadamente con las nuevas tecnologías es más fácil que nunca practicar un idioma desde tu hogar.

Por ejemplo:

Puedes utilizar aplicaciones y chats gratuitos como HelloTalk y WeSpeke para practicar con nativos. Aunque no lo parezca, esto puede mejorar experimentalmente tu nivel.

Otra opción son los clásicos clubes de charla en los que tienes la posibilidad de practicar con gente frente a frente.

Inmersión

Un tanto relacionado con el punto anterior, la inmersión es fundamental para el proceso de aprendizaje efectivo.

De acuerdo a un estudio creado por The Foreign Service Institute (FSI), para aprender un idioma desde 0 hasta un nivel fluido alto se necesitan entre 8 a 15 mil horas de práctica (estudio, lectura, escucha y habla). Es decir, de 2,5 a 4 años si lo practicas, escuchas o lees unas 8 horas al día.

A pesar de que estas cifras pueden asustar a cualquiera, en realidad son el resultado de una inmersión efectiva.

Para lograrla hay dos opciones: 1) Ir a un país en el que se hable el idioma que estás aprendiendo 2) Hacer una inmersión utilizando distintos medios.

Lo ideal siempre será vivir una experiencia autentica como lo es estar en una ciudad donde se habla el idioma que estás aprendiendo. Este tipo de inmersión hará que lo practiques sin que te des cuenta durante todo el día y por lo tanto, consigas las 8 ó 15 mil horas necesarias más rápidamente.

En el caso de la inmersión por tus propios medios, esta puede ser a través de música, películas, programas de televisión y libros. Por fortuna en internet puedes encontrar muchísimo material gratuito de temas de tu interés.

Estar motivado

Uno de los pilares clásicos de la pedagogía.

En las últimas décadas los planes educativos a nivel mundial han cambiado radicalmente. Antes la enseñanza se enfocaba a la memorización y en el análisis conceptos, mientras tanto ahora los sistemas hacen cada vez más énfasis a la motivación y en la aplicación del conocimiento.

Uno de los casos más comunes donde la motivación juega un papel fundamental en el aprendizaje es en los niños con inteligencia mayor al promedio con problemas en la escuela. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Stanford, un porcentaje considerable de niños diagnosticados con déficit de atención o hiperactividad que tienen problemas en la escuela, en realidad son niños con un coeficiente intelectual mayor al promedio. Sin embargo, su comportamiento errático muchas veces está relacionado con la falta de motivación.

De igual manera esto aplica en el aprendizaje de idiomas. Si tienes una motivación real de aprender, las probabilidades de que lo consigas son mayores.

Entonces ¿Cómo mantenerse motivado?

Hay muchas técnicas efectivas para estar motivado siempre. En el caso de adquirir nuevos conocimientos, una de las claves principales es tener siempre claras las razones por las que estás aprendiendo. Recuerda, entre más importantes sean tus razones, más fuerte será tu motivación.

¿Se puede aprender un nuevo idioma sin importar la edad?

Habitualmente se dice que “no se le puede enseñar trucos nuevos a un perro viejo”, pero ¿qué tan cierta es esta creencia?

Durante gran parte de la historia de la neurociencia moderna, se creía que el cerebro adulto era una estructura fija que iba deteriorándose con el pasar de los años, pero a partir de diferentes investigaciones desde la década de los 60s se sabe que el cerebro sigue siendo una estructura altamente dinámica, incluso puede repararse a sí mismo cuando tiene daños.

Aunque un adulto no tiene la facilidad intrínseca de aprender un idioma como lo hacen los bebés, en realidad tiene muchas ventajas al momento de aprenderlo. Por ejemplo, los niños necesitan abstraer cada concepto y esto puede tardar hasta 15 años, mientras tanto un adulto solo necesita relacionarlos con las conexiones que ya existen en el cerebro.

Así es, la edad ya no es una excusa para no estudiar otro idioma.

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Cómo lograr todas tus metas (con ayuda de la ciencia)

8 consejos indispensables para que todos tus objetivos se vuelvan realidad

Ya es inicio de año y como sucede siempre en estas fechas: es un buen momento para plantearnos nuestros objetivos para nuestros próximos 12 meses.

No hay dudas de que el tener metas es el primer paso para el crecimiento personal. Como bien menciona el reconocido autor Brian Tracy: “por el simple hecho de plantearte una meta, ya tienes medio camino hacia el éxito”. Sin embargo, la realidad es que solo un pequeño porcentaje las personas llegan a lograr todo lo que se plantean.

Si eres de las personas que dejan inconclusos sus objetivos, afortunadamente el tema de las metas se ha estudiado bastante a lo largo del tiempo, incluso hay personas que se dedican a investigar y desarrollar estrategias efectivas.

¿Quieres lograr que todo lo que propongas se vuelva realidad? Si es así, estás en el lugar correcto.

En este artículo te daremos 8 estrategias para alcanzar tus objetivos. Pero a diferencia de otras listas sacadas de algún libro de autoayuda o de la “nueva era”, estas estrategias están respaldadas por la ciencia.

[lista n=1] Comprueba si son objetivos realmente viables

Ya que determinas tus metas y te respondiste la pregunta “¿Qué me gustaría lograr y cómo me visualizo dentro de un año?”, es momento de depurar los objetivos.

La gran mayoría de los especialistas coinciden que todos los objetivos para que se puedan lograr deben de ser específicos, medibles, con fecha límite, relevantes y verdaderamente alcanzables. Es decir:

1. Se deben evitar ante todo las ambigüedades. Por ejemplo, en vez de decir “Quiero mejorar mis finanzas” o “Deseo ponerme en forma”, es mejor definirlos como “Quiero ganar $10,000 dólares al mes” o “Me propongo perder 15kg”.

2. Tienen que ser perceptibles y de preferencia cuantificable (aunque no siempre es necesario). En otras palabras, son objetivos en los que se notan fácilmente los progresos y puedes deducir de manera clara si de verdad estás siguiendo el camino correcto.

3. Se debe establecer una fecha para concretar la meta.

4. Son verdaderamente realizables y dependen de ti. Si bien, es bueno tener metas y expectativas altas, lo cierto es que cuando los objetivos son complejos se llenan de variables que están fuera de tus manos. Por ejemplo, no es realista decir “quiero ser millonario” , pero sí lo es “me propongo hacer un negocio” o “terminaré la universidad a tiempo”.

A estos objetivos se les conoce comúnmente por sus siglas en inglés como SMART, es decir, specific, measurable, attainable, relevant y time.

Por cierto, suelen ser tan efectivos este tipo de metas que incluso se usan en planes de negocios de importantes compañías.

[lista n=2] Enfócate en uno o dos objetivos principales a la vez

Ahora que tienes tu lista de metas definidas, es momento de priorizarlas.

De acuerdo a la Dra. Melissa Jong, para aumentar las probabilidades de éxito debes tener como máximo dos objetivos principales a la vez:

“Las personas con muchas metas por lo general terminan abrumándose y perdiendo su motivación. Por eso es mejor tener una o dos metas principales con las que realmente te identificas, en vez de una docena de objetivos poco relevantes que terminan consumiendo tu energía”

Para definir tu objetivo principal, es una buena idea hacerte la pregunta “¿Qué cambio afectará más positivamente mi vida?”. Cuando tengas las respuesta, ese será tu meta por la que más te enfocarás.

Por ejemplo:

Objetivo principal: conseguir un mejor trabajo.

Objetivo principal: hacer ejercicio.

Objetivo principal: dejar de fumar.

Objetivo secundario: ahorrar para hacer un viaje de mochilero a fin de año.

Objetivo secundario: aprender un idioma nuevo.

Inclusive aunque no llegues a cumplir todo lo que te prometiste, si consigues tus metas principales es seguro que te sientas bien por lo que lograste.

Toma nota.

[lista n=3] Utiliza la ingeniería inversa y haz mini objetivos

Cada gran meta está compuesto por mini objetivos que terminarán llevando a tu logro. Por ejemplo, para construir una casa entera necesitas primero crear los planos, conseguir los materiales, contratar personal, levantar los cimientos, las paredes, columnas, etc.

Siguiendo este ejemplo, tal vez construir una casa suene muy difícil y complejo pero al dividirlo en pequeñas tareas suena mucho más realizable. De la misma forma así funcionan las metas: antes de correr tienes que aprender a caminar.

Una forma efectiva para dividir tus objetivos es utilizando la ingeniería inversa. Es decir, ve desmembrando en objetivos intermedios como si fueran los eslabones de una cadena.

Por ejemplo:

Si deseas ser médico tienes que aprobar todos los créditos de la carrera, pero para eso debiste primero pasar las materias curriculares, exámenes departamentales, sin olvidar, claro, ser aceptado en la universidad en un primer lugar.

[lista n=4] Enlista las acciones y cambios que debes de tomar

Cuando ya tienes claras tus metas y las fragmentaste en pequeños objetivos, es momento de anotar las acciones necesarias para lograrlos.

Inicia con la pregunta ¿Qué tareas necesito hacer para cumplir cada objetivo? Anótalas en una hoja de papel y esas serán las acciones principales en las que debes poner todo tu esfuerzo para lograr tus metas.

Por ejemplo:

Tu meta es aumentar 20% las ventas este trimestre y para eso debes incrementar de igual forma tu número de prospectos; así que tu objetivo principal será conseguir más potenciales clientes y es ahí donde enfocarás gran parte de tu trabajo.

[lista n=5] Pon fechas y horarios

El trabajo duro y disciplinado es esencial para el éxito, es por eso que es importante agendar las tareas.

Como explica el autor Thannh Pam:

“Debes trabajar en tu meta todos los días. Sí, todos los días. No importa si solo son diez minutos o dos horas. El trabajar en tus objetivos a diario hará que sea inevitable que obtengas lo que deseas.”

De igual manera, al crearte una rutina bien definida inconscientemente te estarás obligando a seguir trabajando.

Inténtalo.

[lista n=6] Anota tus progresos

Una parte importante paras mantenerte motivado y no desistir a la mitad del camino, es estar consiente en todo momento de los pequeños cambios positivos que ya has logrado. Para eso, una buena idea es anotar todos tus progresos en una pizarra o en algún lugar que tengas siempre visible.

Además del aspecto psicológico, el tener una lista de lo que ha logrado tiene otra gran utilidad: analizar si se va por buen camino.

Las grandes compañías hacen reportes mensuales para comprobar si se están haciendo las cosas correctas para lograr los objetivos trimestrales. De la misma manera esta técnica la puedes aplicar para lograr cualquier tipo de meta en tu vida.

No lo olvides.

[lista n=7] Encuentra algún ejemplo a seguir que haya logrado lo que tú quieres conseguir

Tener un ejemplo a seguir es posiblemente una de las herramientas más poderosas que puedes tener para crecer como persona.

Muchos grandes personajes de la historia de la talla de Alejandro Magno, Napoleón Bonaparte, Henry Ford, Thomas Edison y Walt Disney tuvieron algún ejemplo a seguir que los inspiró a seguir trabajando. No hay duda que esa motivación extra puede marcar la diferencia.

Además de motivarte, el tener un ejemplo a seguir también te será útil para mejorar tu plan de acción.

[lista n=8] Ten tus metas siempre presentes

Irónicamente una de las causas más comunes del fracaso de las metas es que las personas las olvidan.

Si no se tiene un recordatorio constante de tus objetivos, con el tiempo el entusiasmo y la motivación van disminuyendo hasta desaparecer completamente de ti.

Para tener frescos tus objetivos y conservar el interés, los especialistas recomiendan visualizar tus metas al menos unos cuantos minutos a la semana. Esta simple acción te dará una ayuda valiosa en aquellos momentos en los que sientes que ‘ya no puedes dar más’.

 

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¿Cómo mantenerte motivado y terminar todo lo que te propongas?

¿Tienes pensado hacer un cambio en tu vida? ¿Tienes objetivos claros? ¿Buscas ese ‘empujoncito’ para lograr lo que te propongas? Si es así, este artículo es para ti.

Si has tenido la oportunidad de leer un libro de autoayuda o asistir a una charla sobre el ‘éxito’, sabrás muy bien que la motivación es una de las claves principales para lograr tus metas.

Para poner en contexto, la motivación es esa ‘fuerza’ que hace que hagamos las cosas, aunque nos apetezca hacerlas en ese momento. Es decir, la motivación hace que nos levantemos a las 5 am para correr 5km todas las mañanas, o también es la voz interior que nos dice ‘No comas esto…’ cuando estas en una dieta.

A pesar de que la motivación es únicamente una idea en nuestra mente, en ocasiones es difícil mantenerla, en especial en los momentos difíciles (que es cuando más se necesita).

¿Cómo mantenernos motivados? En este artículo te daremos 10 claves para mantener tu motivación intacta en todo momento.

[lista n=1] Ten una buena razón

¿Cuál es tu verdadera razón para mantenerte motivado?

Todas tus acciones –sin importar lo pequeñas o banales que sean– tienen una razón de ser. Por ejemplo, analiza tu rutina diaria y verás que muchas de tus tareas cotidianas las haces por ‘algo’.

Ese ‘algo’ es el combustible de la motivación y sin importan que tanto odies esa tarea, si la razón es lo suficientemente buena la harás.

La próxima vez que sientas que te quedes sin motivación, no olvides tus razones. Parece una obviedad, pero de verdad funciona.

[lista n=2] Haz una lista de objetivos y ten un plan

Uno de los mayores ‘asesinos de la motivación’ es sin duda el no tener un rumbo.

Para entender de mejor forma esta idea, imagina un barco perdido en el medio del mar dando vueltas sin tener una dirección clara. ¿Crees que algún día llegue a tierra? La respuesta es simple: No.

Como se mencionó en el punto anterior, sin tener una razón para hacer las cosas es prácticamente imposible mantenerse motivado, así que es fundamental tener objetivos/metas.

Crea una lista de tus metas, algo similar a los famosos ‘propósitos de año nuevo’ que hemos hecho alguna vez en la vida. Por cierto, entre más detallados y específicos sean tus objetivos, más fuerte será la motivación. No lo olvides.

[lista n=3] Intenta crear metas a corto plazo

Otro de los causantes más habituales de la perdida de la motivación.

Es cierto que ‘lo difícil’ que puede ser una meta es puramente subjetivo, es decir, lo que es fácil para ti puede ser difícil para otras personas. Sin embargo, muchas de las metas que por lo general nos marcamos son muy a largo plazo. Por ejemplo, perder 20kg de peso o terminar una carrera universitaria de 5 años.

En el mundo tan acelerado en el que vivimos hoy en día, todo mundo desea logros rápidos y fáciles, por esa razón la mayoría terminan abandonando el gimnasio a las dos semanas luego de inscribirse.

Para evitar este problema, una de las alternativas más efectivas es fragmentar tus metas y convertirlos en objetivos a corto plazo.

Es decir: si buscas perder 20kg, primero proponte perder 1kg a la semana. O si quieres un diploma universitario, márcate el objetivo de pasar el semestre.

Con un poco de práctica verás que el fragmentar las metas te mantendrá motivado siempre. Pruébalo.

[lista n=4] Consigue un ejemplo a seguir

¿Qué es lo que comparten personas como Napoleón Bonaparte, Charles Chaplin, Walt Disney y Michael Phelps? Simple, además de ser personas muy exitosas en sus campos, todos ellos tenían un ejemplo a seguir.

El modelo a seguir de Napoleón Bonaparte fue Alejandro Magno, el de Charles Chaplin fue su maestro de teatro del instituto, el de Disney fue Edison y el de Phelps fue Mark Spitz.

Una de las claves por las cuales es importante tener modelos es que inconscientemente nos damos cuenta que las personas que tanto admiramos son/eran iguales que nosotros. Por lo que te terminarás preguntando: si ellos lo lograron ¿por qué yo no?

[lista n=5] Aprende a lidiar con la procrastinación

La procrastinación, es decir, la acción de postergar todo y nunca terminarlo, es uno de los asesinos de sueños que más le debes de temer.

Además de afectar en la motivación, también interfiere en aspectos como la disciplina y en el enfoque de vida. Por lo que es algo que hay que ponerle bastante atención.

Hay decenas de técnicas para evitar la procrastinación, como por ejemplo la famosa ‘regla de los 15 minutos’ o la ‘Técnica Pomodoro’. Sin embargo, la mejor solución es mejorar la autodisciplina.

[lista n=6] La disciplina puede ser divertida

Hacer tus obligaciones cuando debes hacerlas es algo que desde pequeños hemos estado peleados. O bueno ¿A quién le gustaba hacer la tarea o lavarse los dientes antes de irse a dormir? Probablemente a nadie.

Por fortuna, esas tareas que tanto reusamos en hacer en realidad pueden ser disfrutables. Eso sí, necesitarás primero engañar al cerebro.

Siempre que tengas que hacer algo que consideres ‘aburrido’ o tedioso, pregúntate ¿Hay alguna forma de hacer disfrutable esta tarea? ¿Cómo me puedo divertir?

Por ejemplo, si te propusiste hacer ejercicio, escoge un deporte en vez del gimnasio. O si quieres aprender un nuevo idioma, escucha música o ve películas en ese idioma.

Recuerda, la motivación es 99% actitud.

[lista n=7] Visualiza tus metas

Ya que tienes claros tus objetivos y un camino bien definido, es hora de mantenerlos presentes y no olvidarlos. Para ello está la visualización.

¿Cómo será tu vida cuando logres lo que te propusiste? ¿Qué tal será tu trabajo? ¿A qué lugares viajarías? ¿Cómo serían tus relaciones con los demás? Preguntas de este estilo son un buen punto de partida para hacer volar tu imaginación y recargar las pilas de tu motivación de manera inmediata.

Visualiza tus objetivos (de la manera más detalla posible) al menos un par de minutos a la semana.

[lista n=8] Sé paciente

Como se dice: la paciencia es una virtud que la gente exitosa tiene.

Puede que en un momento las cosas no salgan como las tenías planeado, sin embargo si crees en ti mismo y en lo que estás haciendo no hay impedimento para confiar en que lo vas a lograr.

No lo olvides: Roma no se construyó en un solo día.

[lista n=9] Registra tu progreso

Cuando las metas son complejas o muy a largo plazo, es complicado ver si vamos por el camino correcto. Como se mencionó en puntos anteriores: la incertidumbre puede matar cualquier motivación.

Para comprobar que estamos haciendo lo correcto y que cada vez estamos más cerca de la meta, una buena idea es anotar los pequeños avances que has hecho.

Ese seguimiento a tus progresos es una fuente importante de motivación en momentos en los que creas que estas estancado.

Por cierto, cada logro intenta recompensártelo.

[lista n=10] No tengas miedo, las cosas irán bien

Como dice el dicho: ‘la madre de todas las motivaciones es el miedo’.

El ser humano en promedio tiene más de 50,000 mil pensamientos distintos al día, de los cuales muchos de ellos van a determinar cómo nos irá en el resto de la jornada.

Desafortunadamente son los pensamientos negativos como el miedo y la incertidumbre los que más suelen afectarnos. Si bien, para nuestros antepasados el miedo era un mecanismo primordial para la subsistencia, actualmente muchas ideas que nos aterran están muy alejadas de un peligro real.

El miedo al fracaso, al éxito o al rechazo son muy comunes en la sociedad actual, y si no se controlan pueden dejarnos ‘petrificados’. Entonces ¿Cómo superarlo? Fácil, debes mantenerte positivo en todo momento.

Por cierto, no evites tus miedos, todo lo contrario, velos pasar por tu mente y déjalos irse como si fueran un globo de helio saliendo por la ventana.