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Cómo lograr todas tus metas (con ayuda de la ciencia)

8 consejos indispensables para que todos tus objetivos se vuelvan realidad

Ya es inicio de año y como sucede siempre en estas fechas: es un buen momento para plantearnos nuestros objetivos para nuestros próximos 12 meses.

No hay dudas de que el tener metas es el primer paso para el crecimiento personal. Como bien menciona el reconocido autor Brian Tracy: “por el simple hecho de plantearte una meta, ya tienes medio camino hacia el éxito”. Sin embargo, la realidad es que solo un pequeño porcentaje las personas llegan a lograr todo lo que se plantean.

Si eres de las personas que dejan inconclusos sus objetivos, afortunadamente el tema de las metas se ha estudiado bastante a lo largo del tiempo, incluso hay personas que se dedican a investigar y desarrollar estrategias efectivas.

¿Quieres lograr que todo lo que propongas se vuelva realidad? Si es así, estás en el lugar correcto.

En este artículo te daremos 8 estrategias para alcanzar tus objetivos. Pero a diferencia de otras listas sacadas de algún libro de autoayuda o de la “nueva era”, estas estrategias están respaldadas por la ciencia.

[lista n=1] Comprueba si son objetivos realmente viables

Ya que determinas tus metas y te respondiste la pregunta “¿Qué me gustaría lograr y cómo me visualizo dentro de un año?”, es momento de depurar los objetivos.

La gran mayoría de los especialistas coinciden que todos los objetivos para que se puedan lograr deben de ser específicos, medibles, con fecha límite, relevantes y verdaderamente alcanzables. Es decir:

1. Se deben evitar ante todo las ambigüedades. Por ejemplo, en vez de decir “Quiero mejorar mis finanzas” o “Deseo ponerme en forma”, es mejor definirlos como “Quiero ganar $10,000 dólares al mes” o “Me propongo perder 15kg”.

2. Tienen que ser perceptibles y de preferencia cuantificable (aunque no siempre es necesario). En otras palabras, son objetivos en los que se notan fácilmente los progresos y puedes deducir de manera clara si de verdad estás siguiendo el camino correcto.

3. Se debe establecer una fecha para concretar la meta.

4. Son verdaderamente realizables y dependen de ti. Si bien, es bueno tener metas y expectativas altas, lo cierto es que cuando los objetivos son complejos se llenan de variables que están fuera de tus manos. Por ejemplo, no es realista decir “quiero ser millonario” , pero sí lo es “me propongo hacer un negocio” o “terminaré la universidad a tiempo”.

A estos objetivos se les conoce comúnmente por sus siglas en inglés como SMART, es decir, specific, measurable, attainable, relevant y time.

Por cierto, suelen ser tan efectivos este tipo de metas que incluso se usan en planes de negocios de importantes compañías.

[lista n=2] Enfócate en uno o dos objetivos principales a la vez

Ahora que tienes tu lista de metas definidas, es momento de priorizarlas.

De acuerdo a la Dra. Melissa Jong, para aumentar las probabilidades de éxito debes tener como máximo dos objetivos principales a la vez:

“Las personas con muchas metas por lo general terminan abrumándose y perdiendo su motivación. Por eso es mejor tener una o dos metas principales con las que realmente te identificas, en vez de una docena de objetivos poco relevantes que terminan consumiendo tu energía”

Para definir tu objetivo principal, es una buena idea hacerte la pregunta “¿Qué cambio afectará más positivamente mi vida?”. Cuando tengas las respuesta, ese será tu meta por la que más te enfocarás.

Por ejemplo:

Objetivo principal: conseguir un mejor trabajo.

Objetivo principal: hacer ejercicio.

Objetivo principal: dejar de fumar.

Objetivo secundario: ahorrar para hacer un viaje de mochilero a fin de año.

Objetivo secundario: aprender un idioma nuevo.

Inclusive aunque no llegues a cumplir todo lo que te prometiste, si consigues tus metas principales es seguro que te sientas bien por lo que lograste.

Toma nota.

[lista n=3] Utiliza la ingeniería inversa y haz mini objetivos

Cada gran meta está compuesto por mini objetivos que terminarán llevando a tu logro. Por ejemplo, para construir una casa entera necesitas primero crear los planos, conseguir los materiales, contratar personal, levantar los cimientos, las paredes, columnas, etc.

Siguiendo este ejemplo, tal vez construir una casa suene muy difícil y complejo pero al dividirlo en pequeñas tareas suena mucho más realizable. De la misma forma así funcionan las metas: antes de correr tienes que aprender a caminar.

Una forma efectiva para dividir tus objetivos es utilizando la ingeniería inversa. Es decir, ve desmembrando en objetivos intermedios como si fueran los eslabones de una cadena.

Por ejemplo:

Si deseas ser médico tienes que aprobar todos los créditos de la carrera, pero para eso debiste primero pasar las materias curriculares, exámenes departamentales, sin olvidar, claro, ser aceptado en la universidad en un primer lugar.

[lista n=4] Enlista las acciones y cambios que debes de tomar

Cuando ya tienes claras tus metas y las fragmentaste en pequeños objetivos, es momento de anotar las acciones necesarias para lograrlos.

Inicia con la pregunta ¿Qué tareas necesito hacer para cumplir cada objetivo? Anótalas en una hoja de papel y esas serán las acciones principales en las que debes poner todo tu esfuerzo para lograr tus metas.

Por ejemplo:

Tu meta es aumentar 20% las ventas este trimestre y para eso debes incrementar de igual forma tu número de prospectos; así que tu objetivo principal será conseguir más potenciales clientes y es ahí donde enfocarás gran parte de tu trabajo.

[lista n=5] Pon fechas y horarios

El trabajo duro y disciplinado es esencial para el éxito, es por eso que es importante agendar las tareas.

Como explica el autor Thannh Pam:

“Debes trabajar en tu meta todos los días. Sí, todos los días. No importa si solo son diez minutos o dos horas. El trabajar en tus objetivos a diario hará que sea inevitable que obtengas lo que deseas.”

De igual manera, al crearte una rutina bien definida inconscientemente te estarás obligando a seguir trabajando.

Inténtalo.

[lista n=6] Anota tus progresos

Una parte importante paras mantenerte motivado y no desistir a la mitad del camino, es estar consiente en todo momento de los pequeños cambios positivos que ya has logrado. Para eso, una buena idea es anotar todos tus progresos en una pizarra o en algún lugar que tengas siempre visible.

Además del aspecto psicológico, el tener una lista de lo que ha logrado tiene otra gran utilidad: analizar si se va por buen camino.

Las grandes compañías hacen reportes mensuales para comprobar si se están haciendo las cosas correctas para lograr los objetivos trimestrales. De la misma manera esta técnica la puedes aplicar para lograr cualquier tipo de meta en tu vida.

No lo olvides.

[lista n=7] Encuentra algún ejemplo a seguir que haya logrado lo que tú quieres conseguir

Tener un ejemplo a seguir es posiblemente una de las herramientas más poderosas que puedes tener para crecer como persona.

Muchos grandes personajes de la historia de la talla de Alejandro Magno, Napoleón Bonaparte, Henry Ford, Thomas Edison y Walt Disney tuvieron algún ejemplo a seguir que los inspiró a seguir trabajando. No hay duda que esa motivación extra puede marcar la diferencia.

Además de motivarte, el tener un ejemplo a seguir también te será útil para mejorar tu plan de acción.

[lista n=8] Ten tus metas siempre presentes

Irónicamente una de las causas más comunes del fracaso de las metas es que las personas las olvidan.

Si no se tiene un recordatorio constante de tus objetivos, con el tiempo el entusiasmo y la motivación van disminuyendo hasta desaparecer completamente de ti.

Para tener frescos tus objetivos y conservar el interés, los especialistas recomiendan visualizar tus metas al menos unos cuantos minutos a la semana. Esta simple acción te dará una ayuda valiosa en aquellos momentos en los que sientes que ‘ya no puedes dar más’.