Los hábitos –es decir, las acciones que haces regularmente sin importar las circunstancias– son parte fundamental en nuestras vidas. Son tan importantes que incluso adquiriendo un solo habito bueno puedes cambiar positivamente tu futuro; y de igual forma, si adquieres hábitos negativos puedes ir directo al fracaso.
El autor, conferencista, gurú de los negocios y del desarrollo personal, Tony Robbins, ha desarrollado una estrategia simple para crear hábitos positivos y romper con los negativos fácilmente.
Para los que no lo conozcan, teniendo en su cartera de clientes a personalidades como Bill Clinton, Donald Trump y Serena Williams, Tony Robbins es considerado como una de las personas más influyentes del mundo del desarrollo personal. Actualmente es colaborador en la prestigiada revistas Forbes y ha publicado más de una docena de libros y audiolibros en toda su carrera.
Así que vale la pena echarle un vistazo a lo que comenta.
[lista n=1] Descifra tus hábitos, anótalos y sustitúyelos
Muchas veces ni siquiera sabemos cuales son nuestros hábitos, y bueno, es algo completamente normal ya que los haces tan seguido que se vuelven parte de ti…
Para este ejercicio, primero que nada anota en una hoja todos tus hábitos, describe el porqué los haces y qué te hacen sentir ¿Qué hábito quieres agregar? ¿Cuál quieres cambiar? ¿Por qué quieres quitarlo? ¿Por qué quieres agregarlo? Entre más honestas sean las respuestas mejor.
Ya que los tengas anotados, es momento del siguiente paso: la sustitución.
Con la experiencia de das cuenta que la mejor manera para agregar y/o romper con los hábitos dañinos es sustituyéndolos. Es decir, si quieres dejar de ver tanta televisión, intenta mejor leer un libro. ¿Quieres ahorrar dinero? Deja de fumar y te ahorraras un dineral en cajetillas de cigarro. Etcétera.
Al hacer esto, tu mente no sentirá tan repentino el cambio y se adaptará de mejor manera al nuevo hábito.
[lista n=2] Darles un valor positivo o negativo
Por cierto, esto no solo aplica para los hábitos, sino también en muchas otras áreas de nuestra vida.
Nuestro comportamiento está basado en un principio muy simple: cada una de nuestras acciones están dirigidas hacia el placer o a evitar el dolor. Por ejemplo, vas a tu trabajo todos los días aunque no te guste para evitar el dolor de no poder pagar el alquiler. De la misma manera, ves tu programa de televisión favorito o alguna canción que te guste para levantarte el ánimo. Y así podemos seguir.
Una de las formas más poderosas para agregar o quitar un habito de tu vida es relacionándolo con el dolor o el placer.
Por ejemplo si te encanta la comida chatarra, imagina en tu cabeza una canción que odies cada que le des una mordida a tu pizza. ¿Te propusiste hacer ejercicio y ponerte en forma? Cada que salgas a correr visualiza los regalos después de la mañana de navidad.
Si repites esto muchas veces, eventualmente ya no vas a hacer las cosas a la fuerza, sino por placer o en su caso, dejarlas de hacer por dolor.
[lista n=3] Toma acción
El paso más importante para iniciar un hábito es obviamente hacerlo, así de sencillo.
Analizar, idealizar y visualizar está bien para motivarte en un inicio, pero si no tomas acción de forma consistente de lo que te hayas propuesto, esas ideas quedarán como sueños sin cumplir.
Al final toda tu energía debería estar enfocada en las actividades. Cuando lo hagas, tendrás el 99% del camino para crear un nuevo hábito.
[lista n=4] Organízalos y agrégalos a tu rutina diaria
Un hábito se debe adaptar a ti, no tú a él. Y para que de verdad se vuelva una parte fundamental tuya, debes darle una parte de tu tiempo todos los días.
Una buena forma para organizar tus nuevos hábitos es tener un calendario o agenda. Es decir, anota tus actividades como “hacer ejercicio, pasar un par de horas con la familia, leer 30 minutos, aprender algo nuevo, etc”.
Además de consolidar la adquisición de tus nuevos hábitos, mejorará bastante tu productividad. En otras palabras: mataras dos pájaros de un solo tiro sin que te des cuenta.
[lista n=5] Visualízate para los próximos 10 años
La gratificación inmediata es parte de nuestra biología y nos ayudó a sobrevivir en la época de las cavernas, pero también es una de las fuentes principales del fracaso en la actualidad.
El mundo es un lugar acelerado donde buscamos resultados rápidos para todo. Y ya no solo hablamos de cosas básicas como tener un internet más rápido o pagar un extra para envíos en el mismo día, sino que la gente usa drogas como la cocaína o heroína para tener un “subidón” en un instante. Hasta eso hemos llegado con la gratificación inmediata.
Como bien sabrás, los hábitos son para cambios a muy largo plazo y no instantáneos. Y probablemente la necesidad de “gratificarte ahora mismo” pueda entorpecer tu camino. Por eso siempre ten en mente que lo que estás haciendo ahora va afectarte positivamente para los próximos 2, 5 ó 10 años.
Cada que salgas a correr en las mañanas, ten presente a tu “yo” del mañana y no el del presente que quiere seguir durmiendo. Cuando no tengas ganas de trabajar, ten presente tu próximo asenso. Y así siempre visualízate.
[lista n=6] No pienses tanto
Como dice el eslogan de cierta marca de ropa y zapatos deportivos: “Just do it” (traducido como: ‘Solo hazlo’).
Cuando empiezas a pensar o/y analizar sobre tus acciones y creencias, lo más probable es que las termines cuestionando. Y luego tu mente se llenará de preguntas del tipo “¿Por qué debo hacerlo?”, “¿Puedo fracasar?”, “¿Estoy perdiendo mi tiempo?”, etc. y como sucede siempre con la mente humana, vas a encontrarle el lado negativo.
Todo lo valioso en tu vida, tus creencias y valores (incluyendo tus hábitos), no debes cuestionarlos nunca. Ten en cuenta que si empiezas a dudar, va a llegar un momento en que los termines desechando.
[lista n=7] Ten fe y cree que lo puedes lograr
Hay un principio irrefutable en la mente humana que dice: si crees que lo vas a lograr, lo vas a lograr.
De igual forma si buscas hacer un cambio en ti, si crees que puedes hacerlo, sin duda lo conseguirás. Pero ¿Como crear y mantener esa fe en ti?
Para construir una fe irrompible, la mejor herramienta es utiliza tus propias experiencias. Por ejemplo, si quieres dejar de fumar, recuerda el día en que conseguiste tu diploma universitario luego de mucho trabajo y esfuerzo. ¿Quieres estar en mejor forma? No olvides como estabas a tus 20 años.
Y no solamente pueden ser vivencias propias, también puedes conseguir ejemplos externos en libros, películas o incluso de algún conocido. Cualquier experiencia te va a servir a que esa fe sea más fuerte.