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5 pasos lograr todos tus objetivos, según la ciencia

Guía apoyada por investigaciones y estudios para lograr tus metas

Las metas y los objetivos son algo bastante propio de los seres humanos, por ejemplo, es casi seguro que a inicio de año te hayas puesto algún objetivo como bajar de peso o aprender un idioma, o también puede que cada mes te llegue un correo de tu jefe con una lista de objetivos para ese periodo.

De forma paradójica, aunque el plantearnos metas es algo que traemos desde los genes, en realidad nos suele costar mucho trabajo lograrlas. Incluso, para comprobarlo, ve a una librería cualquiera y lo más seguro es que haya una estantería completa de libros de autoayuda con temas del tipo “Cómo lograr tus sueños” o “Conviértete en una persona exitosa en x número de pasos”.

Por fortuna, el tema de lograr las metas no es tan complicado de conseguir, ni tampoco requiere que gastes mucho dinero en libros de dudosa reputación para dar con la respuesta. Es más, hay muchas estrategias avaladas por investigaciones que te pueden ayudar a conseguir tus objetivos, como te mostraremos en el siguiente artículo.

[lista n=1] Mentalidad adecuada

No es de extrañar que la actitud y la mentalidad juegan un papel importante al momento de lograr nuestras metas y objetivos que nos hemos planteado, sin embargo, de acuerdo con un análisis de James Clear, es el factor que más impacto suele tener.

La explicación es simple:

Cuando una persona está realmente convencida de que puede lograr una meta, la probabilidad de procrastinar o dejar a mitad de camino el objetivo decrecen considerablemente. No es para menos, de acuerdo con una encuesta publicada en Psychology Today, una de las razones más comunes por las que las personas no cumplen sus objetivos es por la falta de convencimiento.

Así que la próxima vez que te plantees alguna meta u objetivo, trata de que sea realmente realista para ti.

[lista n=2] Identificar los problemas y sus causas

Prácticamente todas las tareas o actividades van a tener algún tipo de problema o inconveniente que nos pueda detener. En este caso, para aumentar la probabilidad de éxito, es necesario identificar esos “baches” en el camino y luego buscar sus causas.

Por ejemplo, si tu objetivo es convertirte en un doctor exitoso ¿cuáles serán los obstáculos o problemas que puede que enfrentes en el camino? En este caso, puede haber muchos obstáculos como la falta de tiempo para ir a la universidad, dinero, motivación, constancia, disciplina, etc. Ahora que ya sabes cuales son los problemas, es momento de identificar las causas, es decir: para la falta de tiempo, una causa común es no tener un plan correcto para organizarte; mientras que para el tema del dinero, es posible que no tengas un trabajo o ahorro suficientes.

De forma paradójica, es mucho más efectivo tener un diagnóstico de las causas que la misma solución. De acuerdo con el libro Principles de Ray Dalio, a través de diferentes investigaciones se descubrió que las soluciones basadas en diagnósticos ya definidos van a ser más certeras que aquellas sacadas en lluvias de ideas o en métodos más tentativos.

En este caso, la próxima vez que te plantees una meta, identifica los problemas que puedan existir y qué es lo que los ocasionan. Al final, aunque no te des cuenta, ahí encontrarás las soluciones.

[lista n=3]Tener un método definido

Como mencionamos en el artículo de Cómo evitar la procrastinación, una de las razones más habituales por las cuales las personas terminan postergando sus objetivos y/o actividades es la falta de definición al realizar las tareas. Por ejemplo, si tu objetivo es realizar ejercicio ¿Cuál ejercicio vas a hacer y por cuento tiempo? Si no tienes una respuesta clara, lo más probable es que termines postergando la actividad.

De la misma forma esto pasa con las metas, es decir, si no tienes un plan bien definido de “A” a “B”, hay una posibilidad muy grande que te quedes a la mitad del camino y lo abandones, ya que no sabes realmente lo siguiente que tienes que hacer.

Por lo tanto, siempre que te definas una meta, esta debería de tener algún método o roadmap de actividades; de preferencia que sea claro y específico.

[lista n=4] Visualiza y crea un sistema

Este punto, que está estrechamente relacionado con el anterior, nos dice que la visualización es una herramienta fundamental, no solo para tener una motivación adecuada, sino también para desarrollar un sistema o hábito.

Es decir, imagina a alguien, ya sea una persona que haya logrado tu objetivo o incluso tu mismo en un futuro. Ya que tengas esa imagen en mente, trata de responder las siguientes preguntas: ¿Cómo logro sus objetivos?, ¿Qué tareas realizo todos los días?

Al tener la respuesta a estas preguntas, es casi seguro que ya tengas la base para crear un sistema.

Ahora bien ¿qué es un sistema? Bueno, básicamente es una serie de hábitos o actividades diarias. Estas actividades, a su vez, pueden tener algún objetivo en particular o simplemente se vuelven en actividades cotidianas que se hacen sin pensar.

Al final, como se menciona en el famoso libro “Atomic Habits”, nosotros somos más reflejo de los sistemas que hemos adoptado, que las metas que nos hemos planteado.

[lista n=5] Ejecuta el plan

Si bien este punto es de lo más obvio y no requiere mucha explicación, aunque no lo creas, muchas personas lo pasan por alto o no le dan la importancia que merece.

El mismo Ray Dalio lo dice:

“Puede que tengas objetivos y planes muy bien diseñados e incluso validados por otras personas, sin embargo, esto es solo una parte ínfima del éxito ya que, si no se ejecuta, prácticamente te vas a quedar en el mismo lugar en el que estás”

Ahora que tengas ya tu plan, es momento de ejecutarlo, pero no es algo que debes realizar solo un día, sino que tienes que ser de lo más constante posible. Para validarlo, puedes ver la siguiente gráfica que se ha vuelto muy viral últimamente:

Y sí, como se puede ver, el trabajo constante no es lineal como muchos creen, pero al final tiene un comportamiento exponencial, es decir, crece de la nada sin que te des cuenta. Por lo tanto, trata de trabajar en tu objetivo de forma constante, incluso si es posible, de forma diaria.

Por cierto, para más consejos al respecto puedes ver nuestro artículo “20 Consejos sencillos para ser mucho más productivo

Conclusión

Los objetivos nos permiten crecer y ser la mejor versión de nosotros mismos. Sin embargo, para lograros es necesario contar con una mezcla de los siguientes aspectos: actitud adecuada, un plan, un sistema y trabajar de forma constante.

Recuerda, entre más sólidas sean tus razones, es más seguro que logres tu meta.

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11 consejos paran dejar de procrastinar, según la ciencia

El concepto de procrastinación se ha puesto muy de moda los últimos tiempos, aunque realmente ha existido desde siempre. Pero ¿qué es y de qué se trata?

En términos sencillos, procrastinar es la acción de posponer, postergar o evitar realizar alguna actividad. Así de simple.

Normalmente estas actividades son de una urgencia baja o media –por ejemplo, tareas habituales, pero de poco interés– sin embargo con el paso de las horas o los días, pueden volverse urgentes, por ejemplo, estudiar un día antes de un examen muy importante. Al final, cuando esa actividad se vuelve muy urgente, puede causar angustia, estrés y arrepentimiento.

Si bien, la procrastinación suena fácil de superar (al menos desde el papel), en realidad hay personas que se acostumbran tanto a postergar sus tareas, que se vuelve un hábito no tan sencillo de romper. Sin embargo, por fortuna, con un poco de esfuerzo y algunos consejos, es relativamente sencillo superarla.

En este artículo te traemos 11 consejos para dejar de procrastinar, según la ciencia.

[lista n=1]No sobrepensar las cosas

Como dice el comercial de una importante marca deportivas “Solo hazlo”.

La causa más común al momento de procrastinar es la falta de motivación para realizar algo. Y sí, al final –en la mayoría de los casos– es la motivación el combustible necesario para realizar aquellas tareas que nos cuestan más trabajo.

De acuerdo con Med School Insiders, una fórmula que puede definir la motivación es la siguiente:

Motivación = (expectativas * valor) / (impulso inicial + retraso) * estado de ánimo

Aunque esta fórmula puede que te recuerde a tus clases de física de la secundaria, en realidad refleja algo muy importante: la motivación para realizar una actividad va a depender mucho del valor que le demos, el estado de ánimo y la cantidad de tiempo que estamos retrasando una tarea.

Así que, la mejor forma para aumentarla es eliminando las variables que hacen que disminuyan, entre ellas está las expectativas, el retraso y el estado de ánimo. Pero ¿Cómo eliminarlas? Sencillo, deja de pensar tanto y solo hazlo.

[lista n=2] Aplica la regla de los 5 minutos

Esta famosa regla que está documentada en libros como “Atomic Habits” o “Deep Work”, nos dice que: cuando no tengas ganas de realizar alguna actividad, trata de hacerla al menos por 5 minutos.

Si bien, el enunciado anterior es sencillo y no tiene muchas teorías detrás, en realidad es bastante más efectiva de lo que muchos pueden imaginar. ¿Por qué?

Normalmente la parte que cuesta más trabajo al hacer una tarea es el inicio, por lo que si se rompe esa barrera inicial, hay una probabilidad muy alta a que la completes.

Este pequeño cambio de mentalidad, en especial en tareas que sean muy aburridas o que lleguen a afectar nuestro estado de animo, puede marcar la diferencia. Inténtalo.

[lista n=3] Mantén las tareas lo más simples posibles

En este caso, si seguimos la premisa anterior de que “lo más difícil es iniciar”, podemos darnos cuenta de que para tener éxito hay que asegurarnos de que ese primer paso sea lo más sencillo posible. Para ello hay que tratar siempre que esa tarea o actividad sea simple y directa.

Un error común es tratar de sobreplanificar o marcarnos objetivos poco realistas, por lo que al darnos cuenta de que no estamos logrando lo esperado, es casi seguro que nos desanimemos y dejemos de realizar esa actividad. Así que, para evitar que suceda este problema, cuando planifiquemos siempre hay que tener en cuenta que “menos es más”.

Por cierto, una forma para comprobar que la tarea que podemos hacer es realmente sencilla, es dividirla en bloques cortos de tiempo, como sucede con el famoso método Pomodoro de los 25 minutos de trabajo y los 5 de descanso.

[lista n=4] Trabaja en secuencia

El enfoque en secuencia o de causa o efecto, es una de las formas de condicionamiento más útiles para realizar tareas que no nos interesan, pero que son importantes. Y a grandes rasgos ¿de qué trata?

El enfoque en secuencia consiste en que todas las actividades deben realizarse en un orden en particular y estas a su vez, no se pueden saltar (incluso aunque no tengan una relación directa). Por ejemplo, si quieres adquirir el hábito de hacer ejercicio por las mañanas, proponte que antes de tomarte una ducha, debes realizar por lo menos 30 minutos de ejercicio. O si quieres terminar de responder todos los correos electrónicos pendientes, plantéate que antes de ver tus mensajes de WhatsApp o las fotos de tu Instagram, debes responder la mitad de los emails.

Por cierto, para que este método tenga efecto, es recomendable que solo haya como mucho tres tareas relacionadas. En el caso de que las tareas no tengan mucha relación, siempre trata de poner primero la de mayor importancia y al final la más sencilla o disfrutable.

[lista n=5] Ponte plazos para terminar las tareas

calendario-entrega

Cómo se mencionó en el artículo anterior sobre “Consejos para ser más productivo”, el definir plazos de entrega/culminación –aunque sean artificiales– te permitirá tener una razón de peso para realizar cualquier tarea.

Por ejemplo, en tu época de estudiante era casi seguro que la mayoría de tus trabajos e incluso los exámenes, los preparabas en las fechas próximas a su vencimiento.

Este curioso fenómeno se le denomina como “Ley de Parkinson” y nos dice que una tarea durará tanto como el tiempo máximo asignado. Es decir, si tenemos que entregar algo en 2 meses, es casi seguro que utilicemos los dos meses. Mientras tanto, para ese mismo objetivo nos dan una semana como límite, lo más probable que lo hagamos en una semana.

Así que, la próxima vez que te plantees cualquier tarea, trata de que tenga una fecha límite de culminación.

[lista n=6] Elimina distracciones

Otro de los factores más comunes que tiene que ver con la procrastinación es el poco enfoque y exceso de distracciones.

Por ejemplo, es muy probable que en un momento que requiera mucha concentración, como puede ser estudiar para un examen o preparar un informe, te termines distrayendo con las notificaciones de tu WhatsApp o Facebook. Si te ha pasado esto, no te preocupes, en realidad es más común de lo que imaginarías.

Asimismo, las distracciones pueden convertirse en una excusa para no realizar las tareas que tenemos que hacer, así que, si eres una de aquellas personas que les cuesta trabajo completar algún objetivo o actividad, tal vez sea por el exceso de distracciones que tengas.

[lista n=7] Convertirlo en un hábito

En puntos anteriores se mencionó del poder de la motivación. Aunque es verdad que es un poderoso impulso, hay que tener en cuenta que es un “boost” temporal que solo te va a funcionar por tiempo limitado.

Por ejemplo, muchas personas a inicio de año, tienen bastante motivación para realizar ejercicio o mejorar su estilo de vida. Si bien, durante las primeras semanas estas personas pueden llegar a lograr un avance significativo, con el pasar de los días esas ganas van disminuyendo, al punto que la mayoría de ellos terminan abandonando sus metas a medio camino.

Para evitar que te pase esto, la única opción viable es que esas tareas no tan “interesantes” y “disfrutables” se terminen convirtiendo en hábitos. Es decir, que las empieces hacer sin la necesidad de tener algo que te motive a hacerlas.

Entonces ¿cómo convertir esa tarea en un hábito? Aquí te van algunos consejos:

Repetición
De acuerdo con la Dra. Susan Weinschenk en la revista Psychology Today, la mejor forma de que una tarea se convierte en hábito es que se repita un número frecuente de ocasiones, de tal forma que se adquiera una memoria muscular y sentido de familiaridad al realzarla.

Tener un horario definido
Como comenta Jame Clear, una de las claves para adoptar un hábito es hacerlo siempre a una hora o un momento ya establecido. Es decir, cuando es una hora o momento del día en particular, el cerebro lo interpretará como una señal inconsciente para realizar esa actividad.

[lista n=8] Dolor > placer

Como se mencionó anteriormente, la motivación es útil en cierto sentido para ayudarnos a realizar diferentes actividades a cambio de placer momentáneo. Sin embargo, esta estrategia puede ser incluso más efectiva si se adopta un enfoque contrario, es decir: si no realizas esa actividad, te va a causar mucho dolor.

El dolor es un mecanismo evolutivo que nos ha permitido sobrevivir, ya que sirve como “alerta” sobre cosas peligrosas o que nos están haciendo daño en ese momento. Por ejemplo, si comes algo en mal estado, el dolor de estómago te va a servir para identificar qué es lo que te ha hecho daño y como evitarlo en un futuro. O si te duele una pierna, es una forma de que tu cuerpo te dice que no la muevas para no hacerle más daño.

En el caso de la motivación y la procrastinación, el dolor también puede ser bastante útil. Es más, diversos estudios apuntan que la sensación de peligro y el dolor tienen mayor impacto en la toma de decisiones que el placer y el confort.

Entonces, ¿Cómo utilizar esta estrategia a tu favor? Sencillo, pregúntate: “¿Qué es lo peor que me pasaría si no lo hago?”

Por ejemplo, si no realizas ejercicio de forma regular, tu cuerpo se irá deteriorando y aumentará la probabilidad de que te enfermes gravemente. O si no quieres estudiar para un examen importante, puede que no consigas el trabajo que tanto hayas deseado.

[lista n=9] Inspírate en otras personas


Una de las formas más comunes y efectivas de motivación es el utilizar ejemplos a seguir; y no es para menos, el tener una imagen de alguien que ha hecho algo a lo que tu aspiras, prácticamente te dará un impulso que muy pocas otras fuentes de motivación te darán.

De acuerdo con un estudio hecho por el centro de Cyber Vision en diferentes escuelas en la bahía de San Francisco, el contar con un ejemplo palpable y descriptivo, ayudó a incrementar en casi un 50% la probabilidad de que los estudiantes pudieran lograr mejores calificaciones. Este enfoque a su vez se ha aplicado en grupos de estudiantes con rendimiento escolar por debajo del promedio y casi el 90% de ellos tuvieron una mejora igual o incluso mayor al promedio general.

Así que no está de más encontrar inspiración en otros de vez en cuando.

[lista n=10] Sigue un plan establecido

Los planes, guías o los roadmaps ya establecidos –aunque muchas veces son menospreciados– en realidad son excelentes para personas que tienen problemas de procrastinación.

Desde una rutina definida del gimnasio, hasta el plan de estudios/temario de una universidad, este tipo de programas dan mucha certidumbre sobre el camino correcto a seguir. Por lo tanto, es menos probable que te desmotives y postergues.

Asimismo, cuando se cuenta con un plan definido, se cumple con algunos de los consejos mencionados anteriormente, como lo son el tener objetivos claros y fechas de entrega. Es más, por eso mismo mucha gente que estudia por su cuenta, termina regresando a la universidad.

[lista n=11] No te castigues si procrastinas

Puede que suene algo contradictorio, pero procrastinar no es del todo malo. Aunque ojo, tampoco esto significa que es bueno hacerlo todo el tiempo, sin embargo de vez en cuando, el postergar alguna actividad puede ser incluso bueno.

De acuerdo con la terapeuta Alesha Bryan, el procastinar puede deberse a factores que van más allá de la disciplina. Es decir, en ocasiones la razón por la que estas postergando esas tareas, son un síntoma de algo más complejo que requiera corregirse.

Por ejemplo, si sueles procastinar durante una rutina de trabajo en particular, es posible que esté mal diseñada y necesites cambiarla. O si sueles posponer salir a correr por las mañanas por el cansancio, puede que tengas problemas de sueño o incluso de salud.

Al final, muchas veces la procrastinación es más la consecuencia de los problemas que la causa.  Tenlo en cuenta.

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20 Consejos sencillos para ser mucho más productivo

La productividad es un tema que cada vez tiene más importancia en la vida de las personas

Ya seas un estudiante o una persona que trabaja, es muy probable que alguna vez te hayas dicho “no tengo tiempo para nada”. Y sí, probablemente tengas una gran cantidad de tareas que completar, sin embargo, lo más seguro es que tengas problemas de gestión de tiempo y productividad.

Entonces ¿cómo se puede ser más productivo? Por fortuna, no es una tarea tan complicada, incluso con pequeños cambios, puede haber un impacto considerable en nuestro día a día.

Así que en el siguiente artículo te traemos una lista de 20 consejos que te ayudarán a ser mucho más productivo de forma fácil y efectiva.

[lista n=1] Haz sistemas

Los sistemas se han convertido en el “santo grial de la productividad” estos últimos años. Por ejemplo, hay libros y métodos completos que giran entorno a la idea de adoptar sistemas para convertirte en la “súper versión” de ti mismo. Pero ¿qué es un sistema y como funciona?

A grandes rasgos, los sistemas son una serie de hábitos, acciones o métodos que en un momento dado se vuelven rutinas. Por ejemplo, el anotar en una agenda las fechas de entrega o realizar listas de tareas, si los haces a diario, se vuelven parte de un sistema.

Si bien, hay muchos sistemas ya definidos para temas de productividad, al final los que mejor funcionan son aquellos que se adaptan a tu flujo de trabajo,

Entonces ¿qué hábitos o técnicas me pueden servir para crear mi sistema? Para este caso, puedes elegir alguno o varios de los 19 consejos restantes de la lista.

[lista n=2] Usa el método pomodoro

El tema del método pomodoro es muy amplio e incluso –en cierto modo– controvertido. Sin embargo, no hay duda que tiene un efecto psicológico poderoso en la mayoría de las personas, por lo que vale la pena ponerlo a prueba.

Pero ¿qué es un pomodoro?  Bueno, básicamente este método consta de dividir tu trabajo en bloques de 25 / 5, es decir, debes trabajar 25 minutos y luego descansar 5, y así repetir el ciclo las veces que lo necesites. Para todo esto, debes contar con un temporizador o alarma que sonará cada vez que se acaba ese bloque de tiempo o “pomodoro”.

Curiosamente, la verdadera razón de la efectividad del método pomodoro no son los bloques de tiempo definidos ni tampoco el contar con un “método científicamente comprobado”, sino que el realizar esta tarea una y otra vez durante todo el día se convierten rápidamente en un hábito.

Así que, si eres un procrastinador, sin duda el método pomodoro te servirá bastante.

[lista n=3] Ponte plazos o fechas de entrega

Si eres de los que les cuesta trabajo terminar los proyectos, puede que esta sea tu solución.

Los famosos deadlines o fechas de entrega, aunque suelen causar estrés a muchos, en realidad son una de las fuentes más poderosas de productividad que hay. Incluso, hay estudios que aseguran que los períodos anteriores a las entregas de trabajos o a las fechas de los exámenes en las universidades, son los más productivos para los estudiantes.

Como bien dice Elon Musk: “Si quieres terminar algo para el próximo mes, ponte como plazo el próximo mes. Si eso mismo lo quieres terminar para la próxima semana, ponte como plazo la próxima semana. Mientras tanto, si lo quieres terminar para mañana, ponte el plazo para mañana.”

[lista n=4] Evita hacer muchas tareas a la vez

El multitasking o hacer varias tareas a la vez, es posiblemente uno de los errores más comunes que cometemos cuando queremos ser más productivos.

Si bien, la lógica nos diría que tiene todo el sentido del mundo hacer diferentes tareas en un mismo lapso del tiempo para ahorrar valiosos minutos, lo cierto es que lo único que hace esto es que nos terminemos distrayendo y haciendo las cosas de peor forma.

Por ejemplo: ¿Quién conduce mejor? ¿Una persona que esta enfocada completamente en manejar su auto, o aquella que esta conduciendo, hablando por teléfono y mirándose por el espejo? Sin duda la respuesta es bastante sencilla.

[lista n=5] Prepara las cosas antes de hacerlas

Un consejo que se puede encontrar en libros como “Atomic Habits” o “Deep Work”, es que es necesario que todas las tareas estén libres de obstáculos, y más las que son más complejas y difíciles de hacer. Es decir, que no requieras realizar otras tareas extras para empezarlas.

Por ejemplo, si tu objetivo es hacer ejercicio, ten siempre preparada y cerca de ti la ropa y los zapatos para correr. O si quieres aprender a tocar la guitarra, debería de estar a la vista en todo momento.

Aunque no lo parezca, estas simples acciones pueden marcar la diferencia.

[lista n=6] Haz listas de tareas

Las clásicas listas de tareas o “todo list”, son sin duda una de las herramientas de productividad más importantes que hay. Incluso, antes de que el tema de la productividad estuviera de moda, la gente solía crear un esbozo de las cosas que tenía que hacer a lo largo del día.

Si nunca has hecho una lista de tareas, básicamente debes anotar las tareas o actividades que tienes que realizar. Estas pueden ser de periodos diarios o de un tiempo indefinido.

La clave de las “todo list” es que cada vez que completas una tarea, la tachas o marcas de la lista. Es más, esta insignificante acción le causa placer a cualquiera.

[lista n=7] Borra la mitad de lo que escribiste en tu lista

Sí, es muy seguro que debas borrar más de la mitad de las tareas que has escrito, pero no te preocupes, las que has descartado las podrás hacer otro día.

¿Cuántas tareas debes tener? Según el método de Abi Abdaal de productividad, una buena lista solamente debe tener a lo mucho 3 tareas. Si bien, esta no es una regla que deba cumplirse al pie de la letra, lo recomendable es que sea lo más sintetizada posible. 

[lista n=8] Agrupa las tareas en bloques de tiempo

Cuando tienes muchas actividades relacionadas entre si, una buena idea es agruparlas en un mismo bloque de tiempo. Con esto, puedes enfocar tus recursos y energía a un mismo tipo de tarea.

Por ejemplo, si vas a salir a comprar algo al supermercado, una buena idea es realizar otras actividades pendietes como lo son pasar por la farmacia o al banco.

Recuerda, entre mejor tengas agrupadas las tareas, mayor será el impacto.

[lista n=9] Inicia por lo más importante

Ya que tienes tu lista de tareas, es probable que no las tengas en un orden aparente. Si es así, estas cometiendo un grave, pero muy habitual error.

De acuerdo con Sam Thomas, especialista en productividad, el iniciar siempre el día con las tareas de mayor importancia o más difíciles, hace que el resto sean mas sencillas de completar. Por lo tanto, es un truco psicológico que puede cambiar para bien el resto de tu día.

[lista n=10] Inicia por lo más sencillo

Si por alguna razón el punto anterior no te funcionó del todo, este seguramente sí.

A grandes rasgos, el iniciar por lo más sencillo te va a dar un “empujoncito” de motivación y actitud para enfrentar el resto de las tareas de tu día. Ya que es sencillo y no requiere gran esfuerzo, realizar esta tarea será pan comido, pero el impacto que tendrá en ti será mucho mayor.

[lista n=11] Ponle tiempo a las tareas

Al momento de planificar una tarea, es una buena idea poner el tiempo que tienes presupuestado destinar para completarla. Esto puede ser ya sea en bloques de horas y/o minutos.

Si bien, no es siempre posible tener bloques definidos de tiempo, en especial cuando son tareas de última hora o urgentes, lo ideal es tener una idea del tiempo esperado.

Por ejemplo, en vez de decir: “voy a trabajar toda la tarde en el nuevo curso que me inscribí”, deberías de decir: “De 4 a 7pm, voy a enfocarme exclusivamente en el curso. A las 7 con 1, puedo hacer cualquier otra cosa.”

[lista n=12] Aplica la regla de los dos minutos

Esta regla creada por James Clear en su libro “Atomic Habits”, nos dice:

Si una tarea puede realizarse en dos o menos minutos, hazla ahora mismo y sin titubear. En el caso contrario, si te va a tomar más de este tiempo, déjala (o prográmala) para más adelante.

La clave de esta regla es que las tareas pequeñas que pueden absorber buena parte de nuestro tiempo, las vamos a ir haciendo o descartando para no afectar nuestras actividades más importantes.

Regla simple pero efectiva.

[lista n=13] Aplica la regla de los 5 minuto

Ya que estamos hablando de regla de x cantidad de minutos, ahora sigue la fabulosa regla de los 5 minutos. ¿En qué consiste?

Esta regla nos dice que, si tenemos que realizar algo que no tenemos ganas de hacer o estamos teniendo problemas, debemos convencernos de que solo debemos hacerla durante 5 minutos.

Curiosamente, al aplicar esta regla, lo que de verdad estás haciendo es eliminar los factores que fomentan la procrastinación, como lo es la sensación inicial de que vas a realizar algo que no te apetece por mucho tiempo. Al final, cuando empiezas a hacer la actividad, esa emoción desaparece y lo más seguro es que termines invirtiendo mucho más que 5 minutos.

[lista n=14] Utiliza alguna herramienta de gestión

Aunque las listas de tareas hechas a mano son bastante efectivas, es probable que muchas personas necesiten una ayuda extra de alguno que otro artilugio tecnológico. Por fortuna, hay muchas opciones que no tienen ningún costo y son fáciles de utilizar.

Entre las herramientas más utilizadas está Trello, Microsoft To-do, Todo list, Reminders (Mac y iOS), etc. Cada una sigue su propia metodología, por lo que vale la pena echarle un vistazo a más de una para comprobar cuál se acomoda mejor a tus necesidades.

[lista n=15] Utiliza bloqueadores de páginas web

De acuerdo con una investigación realizada por RescueTime.com, la persona promedio utiliza entre 20 a 90 minutos de los periodos de trabajo de su jornada laboral, mirando notificaciones, viendo videos o consumiendo cualquier tipo de contenido de ocio. Es decir, en total es casi un día de trabajo extra a la semana.

Por lo tanto, si quieres mejorar tu productividad, un buen primer paso es bloquear aplicaciones o paginas de ocio mientras estás trabajando o realizando alguna tarea que necesite toda tu atención.

Para esto, puedes usar extensiones en el navegador como StayFocus y BlockSite.

Aunque el inicio puede ser algo complicado, con el paso del tiempo te terminas acostumbrando.

[lista n=16] Ten plantillas

Este hack es excelente para las personas que pasan horas enteras respondiendo correos electrónicos.

El tener un molde o plantilla en la que tienes que cambiar solo algún parámetro, es una forma muy útil de ahorrar tiempo y esfuerzo en tareas. Por ejemplo, si debes responder docenas de emails todos los días, en vez de escribirlos uno por uno de forma personalizada, puedes utilizar una “estructura” o esquema ya definido en el que solo le cambias una o dos cosas.

Por cierto, además de tener plantillas de correo electrónico, también puedes usarlas con hojas de cálculo, estructuras de informes, reportes, etc.

[lista n=17] Toma descansos

Un consejo obvio pero que a veces se pasa por alto.

Después de largos periodos de trabajo continuo, siempre es necesario tomar un descanso para “recargar las pilas”. Incluso aunque tengas algo muy importante que terminar lo antes posible, tomarte 15 minutos de desconexión por cada dos o tres horas, te pueden dar un impulso extra.

[lista n=18] Da una caminata

No se si alguna vez hayas escuchado la frase “De vez en cuando dar una caminata es la solución para todos tus problemas…”. Sí, es algo exagerada esta afirmación, pero tiene su razón de ser.

De acuerdo con Jacque Crockford, un experto en psicología clínica:

“El dar una caminata de al menos unos 20 minutos al día, ayuda al cerebro a reiniciar algunos procesos cognitivos. Por ejemplo, cuando una persona le cuesta trabajo dar con una solución o idea, probablemente salir al parque y caminar por una media hora pueda ser su solución”

 Es más, muchas oficinas de compañías importantes como Google o Facebook, cuentan con extensas áreas verdes para que sus empleados puedan dar una caminata. ¿Esto es un capricho? Para nada, en realidad es una forma bastante costosa pero efectiva de que su personal sea más productivo.

[lista n=19] Anota lo que has hecho en el día

Al escribir lo que has hecho, como si fuera un diario, te permitirá ver qué tan productivo fuiste durante el día. Mientras tanto, en el caso de que sientas que no fuiste lo suficientemente productivo, te ayudará a ver los puntos de mejora.

Por cierto, esta acción de retroalimentación también es muy útil si estás en un proceso de mejora continua. 

[lista n=20] Aprende a decir que no

Por último y no por eso menos importante, hay que aprender a decir que “no”.

Muchas veces la verdadera causa por la que nos cuesta trabajo completar nuestras tareas o alcanzar nuestros objetivos, no es tanto el manejo del tiempo o las herramientas de apoyo que tengamos, sino que lo más seguro es que estamos teniendo una carga de trabajo mayor a la que podemos manejar.

Para arreglar esto, sencillamente tenemos que aprender a decir “no” de vez en cuando. Y no solo a los demás, sino también a nosotros mismos.

Por lo tanto, la próxima vez que hagas algo o estés definiendo tu lista de tareas, sé consiente si de verdad es importante o necesario realizar esa tarea. Si la respuesta es “no” y ves que debes de lidiar con otras prioridades, seguramente puedes hacerla en otro momento.

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El método de estudio que te ayudará a aprender todo lo que quieras

Técnicas de estudio y aprendizaje altamente efectivas, de acuerdo a la ciencia.

Hay una frase que dice: “todo conocimiento debe ser recordado, de otra forma solo es una pérdida de tiempo”. Aunque esto suene bastante lógico, lo cierto es que en la mayoría de los casos las personas (tanto estudiantes como aquellos que buscan aprender algo nuevo) estudian durante largas sesiones, pero al final terminan olvidando casi todo. ¿Te ha pasado esto? Si es así, no te preocupes, es normal.

Por fortuna, es posible aprender todo lo que tú quieras de forma fácil y sencilla; desde matemáticas e historia, hasta lenguajes de programación y lenguas extranjeras. Solo necesitas:

1) Tener el material de aprendizaje adecuado, como pueden ser libros, videos, clases, etc. Por cierto, hay mucho material valioso gratuito en la red

2) Adoptar un método y técnicas efectivas.

En este artículo nos enfocaremos en el segundo punto y te daremos un método y varias técnicas de estudio que te servirán para aprender todo lo que tu desees.

[lista n=1] Estructurar las notas/apuntes

Los apuntes son algo que hemos utilizado a lo largo de nuestra vida académica, pero lo cierto es que pocos realmente lo hacen de forma efectiva. Por ejemplo, la mayoría de las veces se copian decenas de palabras que aportan poco o nada de valor de los libros, al punto que no los volvemos a leer nunca más.
Así que, hay que evitar hacer resúmenes de la forma tradicional.

Si se busca un aprendizaje más completo, para recopilar y organizar información es necesario tener unos apuntes que cumplan con los siguientes requisitos:

  • Sean fáciles de leer.
  • Solo aporten información esencial y de valor.

Para estos casos se pueden utilizar herramientas como cuadros comparativos y sinópticos, tablas, mapas conceptuales y mentales, e incluso dibujos o tarjetas de conceptos (flash cards).

Ejemplo. ¿Qué es más fácil de entender y leer? ¿El inciso A o el B?

A)

Una reacción química es cualquier transformación de un conjunto de productos químicos en otro conjunto. Si las sustancias iniciales y finales son las mismas, puede haber ocurrido un cambio, pero no una reacción química. Una reacción implica una reorganización de moléculas o iones en una estructura diferente. Contraste esto con un cambio físico , donde la apariencia se altera, pero la estructura molecular no cambia, o una reacción nuclear, en la que cambia la composición del núcleo atómico. En una reacción química, el núcleo atómico no se toca, pero los electrones pueden transferirse o compartirse para romperse y formar enlaces químicos. Tanto en cambios físicos como químicos.(reacciones), el número de átomos de cada elemento es el mismo antes y después de que ocurra un proceso. Sin embargo, en un cambio físico, los átomos mantienen su misma disposición en moléculas y compuestos. En una reacción química, los átomos forman nuevos productos, moléculas y compuestos.

B)

Tema 3. Tipos de reacciones químicas

Solo cambiando un poco el orden de la información, todo se ve más claro ¿no?

[lista n=2] Repetición

El método de la repetición habitualmente ha estado relacionado con el tan odiado y estigmatizado método de la memorización. Sin embargo, si se busca aprender algo de verdad e interiorizarlo de forma efectiva, es necesario repetirlo y ponerlo en práctica de forma constante.

De acuerdo con la curva de Ebbinghaus, la mayor parte de lo que se aprende se olvida en un lapso de dos días, por lo que es necesario reafirmar los conocimientos de forma periódica.

Hay muchas maneras diferentes que se puede aplicar la repetición para aprender algo nuevo, pero de acuerdo con diferentes estudios, una de las maneras más efectivas está en la denominada repetición espaciada, es decir, repetir varias veces lo que se está aprendiendo en diferentes intervalos a lo largo del tiempo.

Un ejemplo de esta aproximación es el siguiente:

  • Repasar lo aprendido al finalizar la sesión de estudios
  • Repasar lo aprendido 2 días después de la sesión de estudios
  • Repasar lo aprendido 7 días después
  • Repasar lo aprendido 30 días después
  • Repasar lo aprendido 2 meses después.
  • Repasar lo aprendido de 4 a 6 meses después

Diversas pruebas longitudinales (estudios a largo plazo), han arrojado que estos métodos de repetición son los más efectivos para el aprendizaje e interiorización de conceptos abstractos. Incluso este tipo de aproximaciones son habituales en carreras que requieren el aprendizaje y retención a largo plazo de grandes volúmenes de datos, como puede ser medicina o leyes.

[lista n=3] Reinterpretación personal de lo aprendido

Cuando estás estudiando, muchas veces se aprenden frases o ideas a través de la memorización. Sin embargo, el conocimiento no solo es aprenderse palabras u oraciones como si fuera una canción o una obra de teatro, sino que también es necesario comprender el concepto de la forma más amplia posible.

Por ejemplo: ¿Cuál es la diferencia entre el método deductivo e inductivo? Es casi seguro que la mayoría diga “El método deductivo va de lo particular a lo general mientras que el inductivo va de lo general a lo particular”. Pero ¿Qué rayos significa esto? Igualmente, muy pocos entienden lo que tratan estos conceptos ya que se ha memorizado esta frase, pero nunca se tomó el tiempo suficiente para entenderla.

Para evitar memorizar cosas que literalmente pueden ser un sinsentido para ti y aprender habilidades o conceptos de forma más rápida, siempre trata de escribir lo que estás aprendiendo con tus propias palabras.
Siguiendo el ejemplo anterior. ¿Cómo definirías el método deductivo?

Una respuesta al clásico “va de lo particular a lo general” sería: Recopilar las partes de una situación para construir una idea. ¿Ves?

Para recapitular, intenta esta técnica en todo lo que estudies. Verás de forma inmediata lo efectiva que es.

[lista n=4] Explícalo de forma tal que lo entienda un niño de 5 años

Un clásico entre los métodos de estudio.

El tratar de explicar un tema complejo para que lo entienda un niño, suena bastante absurdo, sin embargo esta es posiblemente una de las formas más poderosas que te ayudarán a comprender temas difíciles de una manera más completa, rápida y sencilla.

Esta técnica, además de ayudarte a reinterpretar temas complejos (como se mencionó en el punto anterior), es muy efectiva debido a un aspecto: el aprendizaje activo. Pero ¿de qué trata esto?

El aprendizaje activo nos dice que entre más te enfoques en aprender algo nuevo, es más seguro que lo aprendas. Normalmente esto lo logramos con herramientas proactivas, como pueden ser la elaboración de cuestionarios, investigaciones y actividades complementarias. En el caso de tratar explicar cualquier tipo de tema para que lo entienda un niño de 5 años, debes contextualizar y fundamentar la información, así como buscar diferentes aproximaciones para abordar el tema.

Asimismo, para ayudarte, puedes usar ilustraciones y diagramas. En este caso lo importante también es ser creativo y buscar ser lo más claro posible.

[lista n=5] Hacer conexiones con lo aprendido

Uno de los mayores problemas cuando se está aprendiendo algo nuevo, es la falta de utilidad que se le da a lo estudiado, al punto que la mayoría de lo que se estudió se olvida en cuestión de días.

Por ejemplo: ¿Recuerdas los elementos fundamentales que están compuestos los seres vivos? Lo más seguro es que no, o bueno, a menos de que estés estudiando algo relacionado con la química, biología o seas un maestro. Sin embargo, con algunas técnicas de nemotecnia no lo olvidarás en mucho tiempo, por ejemplo: la respuesta es CHON (o CHONP), que significa carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O), nitrógeno (N) y en algunos casos también se agrega el fosforo (P).

Asimismo, otra forma muy poderosa de hacer conexiones es darles un valor sensorial a los conceptos. Por ejemplo, si estás estudiando historia y quieres memorizar los detalles del acontecimientos de una fecha en particular, trata de revivir ese pasaje en tu mente utilizando tu imaginación; entre más vívida sea la imagen, más difícilmente se te borrará de la mente.

[lista n=6] Dale una aplicación de tu interés

Un problema común cuando se estudia es que no se le ve una utilidad real a lo aprendido, por lo tanto, se termina olvidando rápidamente.

Para evitar que esto te pase, dale una aplicación real a lo que estás aprendiendo. Si bien, normalmente los libros cuentan con ejercicios para resolver, trata de crear los ejemplos tú mismo y aplícalos en una situación de tu interés; esto aumenta de manera exponencial su efectividad.

Es decir, si estás aprendiendo nuevas palabras en otro idioma, crea oraciones que las utilicen. Pero en este caso, busca que las frases y oraciones sean en un contexto que creas que puedas llegarlo a utilizar en tu vida y no las típicas frases genéricas de los libros. Por ejemplo, digamos que estás aprendiendo el verbo modal de “aprender” en inglés, Can; entonces en vez de escribir oraciones como: “I can play guitar” (Sé tocar la guitarra), mejor escribe: “Can you bring me a dark beer?” (¿Puedes traerme una cerveza oscura?).

Como curiosidad, esta es considerada como una de las técnicas más efectivas en las asignaturas de ciencias como matemáticas o física. Por eso los libros de estas asignaturas están repletos de problemas y ejercicios basados en casos reales, esto para motivar y ayudar a comprender mejor a los estudiantes.

[lista n=7] Se constante

Como bien dicen: Roma no se construyó en un solo día.

Uno de los errores más habituales que cometen la mayoría de los estudiantes es enfocarse únicamente en estudiar una noche antes del examen. Si bien, si tienes una mente privilegiada esto no es tanto un problema, la verdad es que la mayoría de las personas no solo no aprenden, sino que terminan frustrados y desmotivados.
En este caso, si de verdad estás comprometido en aprender, debes tratar de ser constante y disciplinado con tus sesiones de estudio; de preferencia, trata de estudiar todos los días.

Como se mencionó en los puntos anteriores: aunque nuestro cerebro es maravilloso, le cuesta trabajo retener conocimientos nuevos si no se ponen a prueba de forma periódica. De la misma forma, es complicado para nuestra mente asimilar grandes cantidades de información en periodos cortos de tiempo, por lo que lo ideal siempre será fragmentarlo en varias sesiones durante varios días.

Recuerda, es mucho mejor estudiar 1 hora durante durante 6 días a la semana, que estudiar 14 horas seguidas en un solo día.

Conclusiones

Aquí van las conclusiones de este post. Por cierto, el hacer conclusiones y enlistar es también una forma efectiva para aprender:

7 Pasos para aprender cualquier cosa

  1. Haz cuadros comparativos, infografías, mapas conceptuales, etc. En vez de resúmenes llenos de palabras.
  2. Repetir lo que se está aprendiendo a lo largo de diferentes lapsos de tiempo. Por ejemplo, 30 minutos, dos, siete y treinta días, dos y/o cuatro meses después.
  3. Escribir con tus palabras los conceptos que estás estudiando.
  4. Reescríbelo como para que lo entienda un niño de 5 años.
  5. Usa herramientas de mnemotecnia.
  6. Dale una aplicación con algo de tu interés.
  7. Ser constante
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8 Consejos para ser más productivo y terminar todo, según la ciencia

La productividad es una de las virtudes más valiosas, no solo en el ambiente laboral, sino también en el ámbito personal. Por ejemplo ¿no te gustaría ser mejor en tu trabajo?, ¿aprender una nueva habilidad?, ¿o simplemente tener más tiempo sin renunciar a algunas áreas de tu vida?

Paradójicamente, como comentaba el coach de superación personal Antonhy Robbins:
“El día que entendamos que el tiempo se nos acaba, evolucionaremos a una mayor velocidad, porque nos hará enfocarnos en lo valioso y no en perder el tiempo”

Afortunadamente, se puede ser más productivo con apenas algunos cambios en nuestros hábitos diarios. Por esa razón, el día de hoy te traemos una lista de consejos que te ayudarán a ser más productivo de manera sencilla.

Por cierto, si conoces a alguien que diga frecuentemente “no tengo tiempo…”, no olvides compartirle este artículo.

[lista n=1]Haz listas de tareas

Las listas de tareas son el primer paso para hacer que nuestro día sea más eficiente, productivo y organizado. Es más, si no tienes una, es casi seguro que en ocasiones tengas problemas serios de manejo de tiempo.

Pero ¿por qué son tan benéficas las listas de tareas?

Cuando tienes una lista de pendientes –ojo hecha de la forma correcta– tendrás a mano y sin que se te olviden todas las cosas importantes que debes hacer durante el día.

Desde el punto de vista psicológico, el tener anotadas tus actividades en una hoja de papel, una libreta o en un documento de fácil acceso, ayuda a que tu mente se enfoque en una cosa a la vez e incrementa la concentración.

Entonces ¿cómo crear una lista de tareas? Para más información, visita nuestro artículo sobre cómo crear una lista de tareas como todo un profesional. Aun así, ten en cuenta:

  • Elegir objetivos específicos. Por ejemplo: “Escribir la introducción del reporte.”
  • Ser realista
  • Tener como mucho, 5 tareas al día.
  • Poner el tiempo estimado que el vas a invertir

[lista n=2]Ya que tengas la lista, acomódalas en orden de importancia

Cuando tengas definidas lo que debes hacer, es momento de acomodarlos en orden de importancia.

Una buena táctica para comprobar si una tarea es realmente importante para ti, es hacerte las siguientes tres preguntas:

1) Si hago esta tarea ¿me sentiré satisfecho/conforme/feliz?
2) Si no la termino ¿me sentiré enojado/frustrado/decepcionado?
3) ¿Esta actividad aporta algo de valor a mi objetivo?

Ya que hayas respondido las preguntas a conciencia, es momento de ponerle una calificación del 1 al 5. Entre más alta sea la calificación que le des a la actividad, más arriba en la lista debería estar.

[lista n=3]Ten un calendario/agenda

Un clásico que no puede fallar en la optimización del tiempo, es tener siempre un calendario y/o agenda. Aunque son unos viejos conocidos, eso no significan que sean menos efectivos.

Si bien, no requiere mucha ciencia el tener un calendario con las fechas importantes, hay que tener presentes unos cuantos aspectos para que te funcionen de mejor manera.

Decide con suficiente anticipación y planifica el horario para la semana, ya sea en papel o en un sistema de calendario sencillo
Configura una alerta en la agenda del teléfono o computadora al menos 24 horas antes de la fecha límite. Para que no se te olviden, trata de darle un seguimiento a las tareas importantes; al menos una vez a la semana.

[lista n=5]Usar el método pomodoro

Uno de los problemas más comunes que afectan a la productividad, es trabajar de más, por varias horas y sin descanso en una actividad.

Aunque es verdad que el sentido común nos diría “entre más trabajes, mejor”, en realidad el trabajar largas jornadas sin descanso lo único que causará es agotamiento y perdida de concentración; de ahí la necesidad de metodologías para manejar correctamente el tiempo.

Uno de los métodos más populares y fáciles para aumentar la productividad es el método comodoro.

¿En qué consiste?

Básicamente, debes de dividir cada tarea en periodos de tiempo definidos de 25 minutos. Luego de terminar cada bloque, hay 5 minutos de descanso.

Pasos a seguir para usar el método de Pomodoro:

  • Elige la tarea que vas a realizar.
  • Ajusta el cronometro/temporizador a 25 minutos
  • Trabaja en la tarea hasta que suene el cronometro, luego pon una marca en una hoja de papel o en alguna parte que tengas visible.
  • Toma algunos minutos de descanso (de 3 a 5 minutos)
  • Luego de 4 Pomodoros, toma un descanso más largo (de 15 a 20 minutos)

[lista n=6]Ten una lista de objetivos semanales/mensuales

Aunque no lo parezca, el tener una lista de objetivos, como por ejemplo, hacer 5 llamadas a tus clientes todos los días o leer 100 páginas a la semana de un libro, hará que hagas las cosas de forma más rápida y efectiva.

Este fenómeno descubierto por una serie de psicólogos de la universidad de Stanford en la década de los 50s, describe que el tener metas u objetivos a corto plazo, ayuda sustancialmente a conseguir dos cosas fundamentales para aumentar la productividad:

  • Estar consciente de las tareas importantes
  • Mantenerte motivado

Asimismo, es tan efectivo el uso de metas, que prácticamente todos los sistemas administrativos y planes de negocio en las empresas cuentan con metodologías basadas en los objetivos a corto-medio-largo plazo.

[lista n=7]No hagas varias cosas a la vez y evita distracciones

Otro error bastante frecuente, en especial entre las personas que se consideran “muy ocupadas”, es intentar hacer varias cosas a la vez.

Aunque de acuerdo a diversos estudios, las generaciones actuales tienen mayor facilidad de hacer varias cosas a la vez (el famoso ‘multitask’), aun así sigue siendo bastante perjudicial si uno desea ser en verdad productivo. ¿Por qué razón? El cerebro humano está hecho para hacer solo una cosa a la vez.

Por ejemplo, intenta mantener dos conversaciones telefónicas al mismo tiempo ¿Lo ves? Es casi imposible.

Asimismo, las redes sociales o el uso excesivos de las aplicaciones del teléfono, lo único que causan es que pierdas valiosos minutos que pudieras invertir en tu trabajo o en tus objetivos. Aunque no lo creas, esos “pocos minutos” que les inviertes de vez en cuando, se terminan acumulando en días enteros o incluso en semanas al año.

[lista n=8]Toma descansos luego de terminar una tarea

Como se mencionó en el punto anterior del método de pomodoro, el tomar descansos de vez en cuando es una gran idea para despejar la mente.

De acuerdo a un estudio del MIT, se comprobó que las personas que toman pequeños descansos luego de periodos de 90 minutos de trabajos que requieren esfuerzo mental, han mejorado su eficiencia notablemente

En el caso de los estudiantes, los descansos son fundamentales para tener sesiones de estudio más productivas. Esto es lo que explica el investigador y profesor del MIT, Bob Pozen:

“Cuando una persona hace una tarea y luego toma un descanso de 15 minutos, su cerebro no solo se despeja y descansa, sino que también consolida y aumenta la retención de la información estudiada.”

[lista n=9]Haz lo más complicado al inicio del día

Por lo general es al inicio del día cuando tenemos mayores picos de energía, por lo que es en estos momentos en los que deberías hacer las tareas más complicadas o que requieran más esfuerzo. Sin embargo, también hay un efecto psicológico notable que te ayudará a mejorar tu rendimiento.

El psicólogo clínico y terapeuta Bejamin Cohen, comenta:

“Además de que al iniciar el día somos más consientes de lo que estamos haciendo, también el empezar por lo más complicado nos hará sentir que el resto de las tareas serán más sencillas de acabar. Estos pequeños trucos psicológicos son importantes si se desea aumentar la productividad”

Así que no lo olvides: las tareas que requieren más esfuerzo, trata de hacerlas por la mañana.

[lista n=10]No te preocupes, ser productivo es asunto de práctica

Si al inicio te cuesta mucho trabajo completar las actividades y no siempre terminas de tachar los pendientes de tu agenda, no te debes preocupar; la productividad es algo que requiere tiempo y práctica para dominarse de manera correcta.

Para no estresarte y habituarte más rápidamente, se aconseja en comenzar con unas pocas tareas y poco a poco ir aumentando. Por ejemplo:

  • Ir al gimnasio
  • Trabajar dos horas en el reporte que debes entregar al final de la semana
  • Invertir 30 minutos en responder correos electrónicos

¿Ves? Esta lista se ve bastante fácil de completar.

Al final, como en pasa en la mayoría de las áreas de nuestra vida, si sigues todas las estrategias que mencionamos en este artículo, con el tiempo te volverás una persona realmente productiva.

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8 Consejos para ser más disciplinado

La autodisciplina ─es decir, la acción de hacer las cosas cuando debes hacerlas─ es necesaria para lograr nuestros objetivos a mediano y largo plazo. Es decir: si deseas estar en forma, debes hacer ejercicio y hacer dieta por un periodo considerable de tiempo; si quieres conseguir buenas notas en la escuela, tienes que hacer todas tus tareas y estudiar para los exámenes; o también, si tu objetivo aprender una nueva habilidad, debes practicar y practicar hasta que la domines.

Aunque en esencia la disciplina no es más que un estado psicológico creado por nuestras propias mentes, puede ser difícil conseguirla en ocasiones, en especial en los momentos en que no nos sintamos completamente motivados.

Desafortunadamente vivimos en una sociedad que los logros rápidos y la gratificación inmediata importan más que las metas a largo plazo. Es más, cosas tan simples como levantarse temprano por las mañanas o poner atención a lo que estamos leyendo sin acabar revisando nuestro Instagram o WhatsApp cada 5 minutos, se vuelven un calvario para la mayoría.

Sin embargo, con una estrategia adecuada y un poco de esfuerzo de tu parte, puedes volverte más disciplinado/a en prácticamente un abrir y cerrar de ojos. Por esa razón, el día de hoy te traemos una lista de 8 trucos y consejos que te ayudarán a ser más disciplinado para cumplir tus metas.

“La única forma de lograr el éxito en la vida es con el trabajar duro. En el momento en que comienzas a enamorarte de lo que estás haciendo y piensas que es hermoso y relajante, ten mucho cuidado porque eso significa que vas por el mal camino” ─ Miuccia Prada

[lista n=1] Pregúntate ¿Por qué tengo que hacerlo?

Entre las causas más comunes de la falta de disciplina está el no tener un propósito definido.

Por ejemplo: imagina que te regalaron pases para un taller de “jardinería ornamental”. Al inicio entraste al curso por pura curiosidad ya que ni siquiera tenías jardín en tu casa, pero con el pasar de las sesiones te cuesta cada vez más trabajo asistir al taller ya que no le encuentras ningún sentido.

Para que no pierdas el interés, siempre intenta tener claras las razones por las que debes hacer esa tarea que requiere disciplina. Después de todo, si no sabes a dónde vas, es fácil perderte o desviarte.

[lista n=2] Pregúntate ¿Qué pasaría si no lo hago?

Siguiendo la misma línea que el punto anterior pero ahora en sentido inverso, siempre es bueno preguntarse las consecuencias negativas de no tener disciplina. Por ejemplo, ¿qué pasaría si no haces tus deberes en la escuela?, ¿cómo estaría tu salud si no haces ejercicio?, ¿cómo te levantarías por la mañana si sigues despierto hasta altas horas de la noche?.

Un pensador alguna vez dijo: “La madre de toda motivación es el miedo”. De hecho, nuestro cerebro está programado para responder al peligro. Por lo que el ponerte un panorama caótico del tipo «si no lo haces…» hará que te levantes de la silla sin que te des cuenta. Inténtalo.

[Lista n=3] Crea objetivos con fecha de vencimiento

Si esperas lograr una autodisciplina verdadera y duradera, es importante tener una visión clara y realista de tus objetivos. Esta acción, por más sencilla que parezca, te dará una presión extra para que hagas las cosas (algo muy necesario cuando hay poca motivación).

Para que tus objetivos no se queden como simples “sueños” o “deseos”, es importante que sean realistas, medibles y con una fecha límite para concretarse. Es decir, en vez de ponerte como objetivo “tener un cuerpo de fisiculturista”, mejor plantéate “bajar 2kg para fin de mes”.

[lista n=4] Haz una lista de pendientes

Como se ha mencionado en párrafos anteriores, la base de la autodisciplina es saber lo que se debe hacer y luego hacerlo. Para tener presentes tus deberes, es muy aconsejable anotarlos, o mejor aún, hacer una lista de pendientes.

Por cierto, trata de acomodar las tareas por orden de importancia y/o dificultad; si terminas primero estas, el resto serán más fáciles de completar.

[lista n=5] Prémiate cada que termines una tarea

El darte pequeñas recompensas cada que concluyas tu tarea, hará que la disciplina pase de ser una actividad dolorosa y aburrida, a convertirse en algo satisfactorio y motivante.

Este enfoque que fue demostrado por el científico ruso Iván Pavlov a mediados del siglo XX, es ideal para actividades que requieren un esfuerzo considerable de tu parte.

Por ejemplo, cuando regreses a casa luego de hacer ejercicio por las mañanas, toma una taza del café que más te guste o descansa media hora frente al televisor mientras miras tu programa favorito.

[lista n=6] Ten un ejemplo a seguir

Aunque no lo parezca, el tener un ejemplo a seguir o un mentor es parte fundamental para lograr la autodisciplina. Es más, la misma palabra “disciplina” se origina del término “discípulo”.

El tener delante de ti a alguien que logró lo que tu aspiras hacer, es un empuje importante para lograr tu meta ya que tu mente lo verá como algo “alcanzable” y no algo “imposible”.

Entonces ¿Cómo conseguir un mentor o algún ejemplo a seguir? La respuesta es: dependerá de ti. Puede ser algún familiar, un conocido, un personaje histórico o incluso alguien sacado de la ficción, lo importante es que sea alguien que demuestre lo que quieres lograr.

[lista n=7] No pienses las cosas, solo hazlas

Esta frase que parece sacada del anuncio de una marca deportiva, nos dice que no hay que pensar tanto las cosas, sino hay que hacerlas. Es verdad, entre más piensas hacer algo, lo más seguro es que termines encontrando excusas para no hacerlo, así que, si tienes que hacer una tarea complicada, que te de pereza o simplemente no te guste, recuerda: no pienses y hazla.

[lista n=8] Practica, practica y practica

La disciplina es algo que se construye con el tiempo, o sea, entre más repitas una tarea en concreto, más fácil será para ti.

¿No cumpliste alguno de tus objetivos de la lista? No te preocupes, mañana levántate más temprano e inténtalo terminar. Aquí lo importante es mantener claras tus obligaciones y metas y trabajar para lograrlo.

Para terminar, ten en cuenta que la autodisciplina es un hábito que requiere esfuerzo, pero tarde o temprano sin que te des cuenta, termina convirtiéndose en un rasgo de tu personalidad.

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Cómo aprender mejor, según la ciencia

El aprender nuevas habilidades es probablemente de las mejores inversiones que puedes hacer con tu tiempo. Solo imagina lo genial que sería hablar varios idiomas, tocar algún instrumento o aprender alguna habilidad muy demandada en tu campo laboral.

Afortunadamente, el cerebro humano funciona como una esponja y puede absorber grandes cantidades de información sin mucho esfuerzo, incluso cuando eres un adulto. Pero, es también cierto que el aprendizaje es un proceso que requiere ciertos principios para que sea realmente efectivo.

¿Quieres aprender mejor y más rápido? ¿Tienes problemas con la retención de datos? ¿Deseas ser mejor estudiante? En este post te traemos algunos consejos científicamente comprobados que te ayudarán a aprender mejor.

[lista n=1] Tener una motivación genuina para aprender

Posiblemente uno de los mayores problemas del sistema educativo tradicional es convertir la idea de “aprender” como si fuera una obligación.

Si bien, el aprendizaje es fundamental para desarrollarnos como personas, la realidad es que difícilmente esto pueda ser una motivación de peso. Por lo tanto, muchos acaban abandonando los estudios porque no encuentran una razón real para hacerlo.

Así que, si deseas aprender cualquier cosa, es fundamental que tengas alguna motivación interna para hacerlo; y de preferencia algo que sea realista para ti.  Por ejemplo, si estás en clases de inglés u otro idioma, ponte como meta ir al extranjero al terminar el curso o en casos más sencillos, leer un libro completo o ver una película sin subtítulos. O si estás aprendiendo a programar, haz que tu objetivo sea crear un juego o una aplicación para tu teléfono móvil.

Esta tesis de la motivación la respaldan diferentes estudios pedagógicos importantes. Uno de los más conocidos es el que hizo el departamento de psicología de la Universidad de Stanford a varios grupos de educación básica durante la década de 1960. Los investigadores descubrieron que había mayor relación entre la motivación y las buenas notas, que con el coeficiente intelectual.

[lista n=2] Comprender las bases

El aprendizaje de habilidades y conceptos concretos, es más un proceso largo que una situación espontánea. En otras palabras: antes correr debes aprender a caminar.

En la mayoría de los casos, si deseas aprender algo nuevo, deberías de tener los conocimientos mínimos requeridos. Por ejemplo, si estás aprendiendo cálculo, deberías manejar primero el álgebra; y de la misma manera, para dominar el álgebra, deberías saber primero aritmética.

Un caso muy estudiado que demuestra este principio es el sistema educativo soviético. Durante décadas, la URSS tuvo en conjunto a los mejores estudiantes en ciencias (matemáticas, computación, física y química) a nivel mundial. Esto se debía en gran parte a que se repasaban las bases una y otra vez hasta que se tuvieran dominadas.

Por cierto, te puede interesar: ¿Cómo perderles el miedo a las matemáticas?

[lista n=3] Repetición espaciada

Una buena parte de lo que se estudia se termina olvidando y de eso no hay duda. Para demostrarlo: ¿Recuerdas cuáles eran las partes de la célula y su funcionamiento? Aunque seguramente este tema lo viste en biología en la secundaria, es casi seguro que lo hayas olvidado (a menos que actualmente seas un maestro de secundaria que de biología…).

Y sí, todos los días estamos bombardeados con tanta información que al final nuestro cerebro termina desechando. Por esa razón, muchas veces se dice que “a los 6 meses de terminar la universidad, ya olvidaste el 98% de lo que aprendiste”.

Uno de los métodos más utilizados para reforzar lo aprendido y que no se te olvide tan fácilmente es la repetición espaciada. ¿En qué consiste? Básicamente es una técnica de repaso periódico que tiene como objetivo guardar información de todo tipo en la memoria de largo plazo.

Hay muchos métodos distintos relacionados a este tema, pero en general, el funcionamiento de todos es muy parecido. El ejemplo más sencillo de repetición espaciada es el siguiente:

  1. Estudia, intenta memorizar una palabra o algún concepto nuevo
  2. Luego de 4 ó 5 días, vuélvelo a repasar.
  3. A la siguiente semana (7 días después que lo aprendieras), comprueba que todavía recuerdas bien el concepto. Si la respuesta es negativa, estúdialo de nuevo.
  4. Después de 15 días, vuelve a comprobar si todavía recuerdas. En caso contrario, repásalo.

La clave para tener éxito con este método es repasar de forma frecuente. Entre más se repita, es menos probable que se olvida.

[lista n=4] Estudiar por periodos cortos

Generalmente los días anteriores a los exámenes, los estudiantes llegan a estudiar largas jornadas seguidas sin parar. Si bien, nuestra lógica diría que es lo “correcto”, en realidad se ha demostrado que el esfuerzo y el desgaste están completamente relacionados. Por lo tanto, entre más tiempo pases estudiando sin detenerte, el aprendizaje será menos efectivo.

Para que tus momentos de estudio sean más efectivos y eficientes, intenta estudiar en bloques de tiempo de una hora como máximo. Luego de este periodo, toma un descanso de 10 minutos para relajar la mente y vuélvelo a repetir unas cuantas veces más.

[lista n=5] Creación de cuestionarios

Tradicionalmente los resúmenes y el subrayado son considerados como las formas más eficaces de agrupar la información para estudiar. Aunque son efectivos para asignaturas que necesiten la comprensión de conceptos generales, cuando tienes que aprender datos e ideas más concretas, son sumamente ineficiente ya que te acabas distrayendo por toda la información que no te aporta nada. Es de ahí la importancia de los cuestionarios.

Dicho esto, cuando estés aprendiendo sobre cualquier tema, intenta formular preguntas claves que tú creas que son importantes. Aunque no lo parezca, esta simple acción es incluso más efectiva que el buscar las respuestas.

Como bien lo menciona el método socrático: “La pregunta es el camino hacia la sabiduría”

[lista n=6] Enseñar para aprender

Una de las técnicas más conocidas para acelerar y mejorar el aprendizaje es el aprender enseñando.

Este método que fue estudiado a profundidad por el investigador francés Jean-Pol Martin en la década de los 80s, se enfoca en la premisa que el aprendizaje aumenta cuando uno le enseña a los demás lo que se ha aprendido (aprendizaje activo).

Las razones del éxito de este método se deben en parte a que la motivación del estudiante, el entendimiento de los conceptos y los esfuerzos del aprendizaje dejan de ser pasivos y se vuelven completamente activos. De la misma forma, por la simple acción de enseñar, muchas de las ideas abstractas pasan a ser concretas; algo que difícilmente se puede lograr usando la memorización o el análisis teórico.

Para poner a prueba este método, intenta crear un ensayo de lo que estás aprendiendo, explicándolo de tal forma que un niño de 10 años lo pudiera entender.

Otra forma muy popular en la actualidad de aprender enseñando, es subiendo videos tutoriales a plataformas como YouTube. Además de que le estás aportando contenido de valor a los usuarios, también estás aprendiendo.

[lista n=7] Aplicar lo aprendido

Una de las razones por las que olvidamos rápidamente lo que aprendemos es por no darle un uso real. Por ejemplo, tal vez en su día nos hicieron memorizar los elementos de la tabla periódica completa, pero al final olvidamos la mayoría ya que realmente nunca le dimos una utilidad.

Para que ese conocimiento no se quede como simples datos superfluos y sin importancia, es fundamental tomar un papel activo y darles uso. Entre las formas de lograr esto está crear algún proyecto utilizando los conceptos, o incluso puedes tratar de aprender con la intención de enseñarlo (como bien se mencionó en el punto anterior).

En general, la estrategia de darle un uso práctico al conocimiento funciona muy bien tanto para ciencias como las matemáticas y la física, así como en el aprendizaje de idiomas o de alguna habilidad manual. Aunque puedes utilizarlo sin problemas en cualquier cosa que estés aprendiendo.

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15 propósitos de año nuevo fáciles de cumplir

Lista de metas importantes que son sencillas de lograr

Es fin de años, y como siempre sucede, es el momento ideal para plantearnos nuestras metas para los próximos meses.

Aunque todos deseamos lograr la mayor cantidad de cosas, lo más seguro es que terminemos fallando. Y sí, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Cornell, solamente 1 de cada 8 personas logran cumplir la mayor parte de sus metas de año nuevo.

Entre las razones más frecuentes de no lograr lo que nos proponemos está el poner metas poco realistas y que no dependan de nosotros. Por ejemplo, volverte millonario o conseguir el amor de tu vida.

Por esa razón, el día de hoy te traemos una lista de propósitos de año nuevo muy importantes y fáciles de lograr. Escoge los que más te interesen.

Artículo relacionado: Cómo lograr todas tus metas (con ayuda de la ciencia)

[lista n=1] Deja de procrastinar

Si el año pasado no lograste al menos la mitad de los objetivos que te propusiste, posiblemente tengas un problema de procastinación.

El procrastinar, es decir, la acción de posponer las cosas importantes, es una de las causas principales del fracaso de metas. Para que este 2019 sea tu año, debes ponerte como objetivo al menos ser más disciplinado y comprometido con lo que te propongas.

Para más información visita nuestro artículo Cómo mantenerte motivado y lograr todo lo que te propongas.

[lista n=2] Aprender un idioma

En el mundo globalizado en el que vivimos, el aprender un idioma es posiblemente de las habilidades más valiosas que puedes adquirir.

Ya sea para aumentar tu sueldo o poder viajar al extranjero, el estudiar otra lengua te abrirá muchas puertas en tu futuro. Por cierto, también puede ayudarte a aumentar tu coeficiente intelectual.

Te puede interesar: Cómo aprender un idioma fácilmente según la ciencia

[lista n=3] Haz algo por los demás

Hay personas que aseguran que el mundo es “demasiado grande como para impactar individualmente”, pero la realidad es que con pequeñas buenas acciones se puede mejorar de forma importante la vida de los demás.

Es decir, puede hacer como ayudar a una señora mayor a cruzar la calle, ser un voluntario en un refugio de animales o comprometerte a alguna causa que te interese. Aquí lo importante es ayudar.

[lista n=4] Ponte en forma

hacer ejercicio pesas

El ponerse en forma es probablemente el propósito de año nuevo más recurrente, y también uno de los que tienen mayor tasa de fracaso.

Aunque estés en tu peso, intenta salir a correr por las mañanas, ir al gimnasio o entrar a un equipo deportico. El ejercicio te servirá para mejorar muchísimo tu salud.

Si bien, es cierto que al inicio es difícil ejercitarse, luego de un par de meses de disciplina y constancia se vuelve un hábito; incluso te puedes volver un adicto.

[lista n=5] Haz al menos un amigo nuevo

La sociedad y la tecnología nos han vuelto un poco individualistas, y aunque no es malo estar solo, hacer un nuevo amigo siempre es algo valioso. Como dicen: “Quien sabe de quién puedes necesitar mañana…”

Incluso para los más introvertidos, hacer una nueva amistad es una tarea sencilla: solamente hay que ser uno mismo y estar dispuesto a interactuar.

Para ampliar tu círculo social, puedes hacerlo en la escuela/universidad, en el trabajo o en algún foro de internet. Al final, lo importante es relacionarte con gente que compartas los mismos gustos e intereses.

[lista n=6] Ahorra

El propósito de ahorrar es también muy común en las listas de metas, pero realmente son pocos los que lo logran.

La mayoría de las personas que fracasan en su objetivo de ahorrar, toma como excusa que “no les alcanza lo suficiente de su dinero”. Sin embargo, con que logres guardar una pequeña fracción de tu salario es más que suficiente.

Como consejo, proponte ahorrar el 5% de lo que ganas. Este porcentaje es excelente ya que no es una cantidad tan alta como para afectar negativamente tu estilo de vida, ni tan baja como para ver resultados insignificantes.

[lista n=7] Paga tus deudas

En relación del punto anterior…

Para lograr tu objetivo de poder ahorrar y tener mayor solvencia financiera, primero debes pagar todas tus deudas. En el caso de que debas mucho, trata al menos de liquidar parte de la deuda para evitar que se acumulen intereses innecesarios.

[lista n=8] Dormir mejor

dormir despertador

Los problemas para dormir son cada vez más comunes en el mundo actual. Si bien, aparentemente no pasa nada ─más que levantarse tarde─ realmente puede afectar tu energía y concentración durante el resto del día.

Puede que duermas tus 8 horas de vez en cuando, pero esto no sirve de mucho si pasa gran parte de la semana desvelándote viendo series en Netflix o jugando videojuegos. Por lo cual, para mejorar tu sueño, trata de evitar distracciones de este tipo, en todos caso mejor agarra un libro.

[lista n=9] Adquiere el hábito de la lectura

Ya que hablamos de libros y distracciones, el hábito de la lectura es una excelente forma de mantener en forma a nuestro cerebro y crecer como personas; y todo sin mucho esfuerzo.

Si eres de las personas que no están muy acostumbradas a leer, trata de iniciar con algo que pueda ser de tu interés o algún libro de autoayuda (normalmente son muy fáciles de leer). Luego de terminar unos cuantos, puedes pasar a las novelas u otros libros que requieran más concentración.

[lista n=10] Mejorar la calidad de vida

Como dicen habitualmente: “vida, solo hay una”. Por eso es importante cuidarla y mejorarla.

La mejor manera de mejorar tu calidad de vida es adoptar hábitos positivos y abandonar los negativos. Es decir: algo positivo puede ser adoptar una dieta balanceada o hacer ejercicio; mientras tanto lo negativo, fumar o beber en exceso.

Recuerda: aunque los cambios que hagas en tu vida cotidiana sean muy pequeños, con el tiempo se verán reflejados positivamente.

[lista n=11] Limpia la bandeja de tu correo electrónico

Seguramente tu correo electrónico esté repleto de emails viejos, trabajos pendientes, toneladas de SPAM y posiblemente algún correo importante de un cliente que no leíste.

Para iniciar año con el pie derecho y mejorar el orden de tus cosas, intenta hacer una depuración completa de tu bandeja. No tardarás más de un par de horas en completarlo, pero verás los resultados para los próximos meses.

[lista n=12] Mejora algo de tu personalidad

Todos tenemos algo en nuestra personalidad que no nos guste. Por ejemplo, puede que seas temperamental, muy confiado, introvertido, exageradamente extrovertido, miedoso, etc. Pero por fortuna, el año nuevo es una gran excusa para mejorar.

La personalidad es básicamente un reflejo de lo que somos, así que hacer pequeños cambios puede afectar en el rumbo de nuestras acciones y resultados.

Con un poco de suerte, dentro de unos cuantos meses tendrás muy interiorizados los cambios.

[lista n=13] Viaja (al menos una vez)

viajar año nuevo mapa

Ponerse como propósito viajar es bastante cliché (hay que admitirlo). Sin embargo, tampoco es una mala idea proponérselo.

Para el próximo año, ponte como meta salir de viaje al menos una vez. A todo esto, ten en cuenta que no necesariamente tiene que ser un lugar exótico en el extranjero o una playa paradisiaca, en realidad con que salgas de tu ciudad y rompas la monotonía de la vida cotidiana es más que suficiente.

[lista n=14] Aprende algo nuevo

Un año son 365 días, es decir, 8,760 horas. Todo este tiempo lo puedes invertir en cualquier cosa que te imagines, pero qué mejor en utilizarlo para aprender algo nuevo.

Puedes aprender cualquier cosa que te imagines: desde bailar salsa o hacer un curso de repostería, hasta estudiar un master o una nueva carrera. Realmente lo importante es elegir algo que te sientas comprometido.

[lista n=15] Pasa más tiempo en el mundo real

El internet, los smartphones y las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestras vidas, pero desafortunadamente cada vez invertimos más tiempo en WhatsApp o en Instagram que con nuestros amigos en el mundo real.

Para desconectarnos un poco del mundo digital, un buen objetivo es dejar de utilizar tu teléfono al menos un día a la semana. No te preocupes si crees que “pasará algo malo” si no revisas tus redes sociales durante este tiempo, recuerda que la gente hace unas cuantas décadas no tenía internet y nunca les pasó nada…

Fuente de las imágenes: www.pexels.com

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Psicología

5 principios y enseñanzas budistas para ser feliz

Buscar la felicidad es algo propio de los seres humanos ─y siempre─ de alguna u otra forma, actuamos para conseguirla. Como bien dice esa típica frase trillada de cualquier libro de autoayuda: “Estamos en este mundo para ser felices”

Aunque la sensación de “estar feliz” es una respuesta fisiológica que ya está programada en nuestros cerebros, también es cierto que entre más evolucionamos (social y económicamente hablando), la felicidad se vuelve más ambigua y efimera. En otras palabras: cada vez somos menos felices.

El tema que relaciona el ritmo de la vida moderna con la infelicidad y diferentes problemas psicológicos se ha tocado miles de veces en artículos y libros, pero entre todo, hay un consenso general en que las presiones económicas y sociales ─es decir, por ejemplo, conseguir un buen trabajo o encajar en un parámetro socialmente aceptado─ hacen que aumente el riesgo de sufrir depresión y ansiedad.

Teniendo en cuenta lo anterior y obviando enfermedades que no son solo psicológicas que requieren tratamiento médico (como la depresión clínica), si dejáramos de tomarnos las cosas tan en serio, seguramente seríamos más felices. Inclusive la ciencia lo acepta.

Aunque no lo parezca, este principio pertenece a un conjunto de enseñanzas milenarias aplicadas en diversas ramas del budismo desde hace siglos. Además de ser efectivas, gran parte de su éxito radica en que cualquiera puede aplicarlas en su vida cotidiana.

En este artículo te mencionaré 5 acciones que te harán ser más feliz, de acuerdo al budismo.

Por cierto, antes de iniciar, aclaro, estas no son enseñanzas new age tipo las que encontrarás en libros como “El Secreto” o “Caldo de pollo para el alma”, sino que pertenecen a una filosofía real que se ha aplicado culturalmente desde hace siglos.

[lista n=1] Olvida las expectativas

Un punto que entra en choque entre las enseñanzas de la “nueva era” y el budismo tradicional está en el tema de las expectativas.

Muchos autores actuales sugieren que el plantearse mestas es el primer paso para llegar a la plenitud, pero en el budismo es todo lo contrario: “Hay que vivir más en el presente y dejar que el futuro fluya a su ritmo”

No es malo tener algunos objetivos que sean positivos y realistas, como por ejemplo, bajar un par de kilogramos o aprender otro idioma, pero si eres de las personas que les cuesta conciliar el sueño en las noches porque se la pasan pensando en los pendientes del trabajo o la escuela por miedo a fallar, seguramente tus expectativas estén controlando tu vida.

[lista n=2] Dejar ir

Buda decía: “El mundo está lleno de sufrimiento. El origen del sufrimiento es el apego a las cosas. La felicidad consiste precisamente en desapegarse de todo cuanto nos rodea.”

El apego hacia lo material, las relaciones y/o experiencias pasadas, pueden cambiar nuestro paradigma y estado de ánimo en un instante. Por esa misma razón normalmente a las personas les gusta ir de compras, coleccionar cosas, salir con gente que las haga sentir bien, etc.

Si bien, este tipo de comportamiento puede hacer que te sientas alegre, de igual manera puede hacer sentirte miserable. Por ejemplo: tal vez te sientas feliz por manejar un auto deportivo, pero si lo llegas a rayar o chocar, seguramente esa felicidad se borrará completamente de ti.

[lista n=3] Enfoque

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”

Podemos considerar al ser humano como un costal de sensaciones, emociones y sentimientos. Aunque todas ellas coexisten en nuestra mente y trabajan de forma más o menos similar, hay que separarlas en dos tipos: las genuinas y las que son creados por uno mismo.

Imagina que te cortas el dedo con una hoja de un libro, lo más seguro es que sientas ardor o una molestia; eso es una sensación legítima de tu cuerpo.

Ahora piensa en una situación hipotética, por ejemplo, que alguien te insulta en la calle sin razón aparente, o un pleito con alguien querido; aunque es probable que sientas ira, tristeza, o cualquier otra emoción de forma intensa, lo cierto es que es algo psicológico lo que sientes, o sea, algo creado por tu consciencia.

El enfoque puede convertir una molestia breve en un verdadero sufrimiento, y de igual manera, algo grave puede hacerlo parecer como si fuera nada. Por esa razón, si te sientes mal (física o mentalmente), siempre lo mejor es enfocarse en otra cosa y no en esa sensación.

[lista n=4] Muestra gratitud

Una de las enseñanzas más conocidas de Buda era la de estar agradecidos siempre, en especial en los momentos complicados.

Esta práctica que se utiliza no solo en el budismo, sino también en otras filosofías y religiones, tiene bastante sentido si tenemos en cuenta que al enfocarnos en todo lo bueno que nos ha pasado en nuestras vidas, automáticamente nos volvemos más positivos, y por lo tanto, más feliz.

La ciencia también ha estudiado mucho sobre este tema, incluso se aplica habitualmente en terapias cognitivas para manejar de mejor forma eventos traumáticos. Así que, no está de más intentarlo.

[lista n=5] Cambio de visión

Como bien lo explica el autor Stephen Covey: “Aunque vivimos en el mismo mundo, todos lo vemos de diferente formas”

Sin entrar en postulados psicológicos o antropológicos, no hay duda que la forma que interpretamos las cosas va a depender del significado que les demos y como las emociones actúan en nosotros.

Ya que es común que las sensaciones interfieran en las perspectivas, para contrarrestar sus efectos se habla mucho del budismo del concepto de visión.

A grandes rasgos, la visión es ver lo que hay allí. Es la claridad que puede liberarnos de las aflicciones como los celos o la ira, y permitir que llegue la verdadera felicidad.

¿Y como acceder a esa “visión”? Hay muchas técnicas, pero lo normal es que se logre a través de la meditación (ver el video de arriba).

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Psicología

¿Cómo ser bueno en matemáticas? Según los expertos.

No hay duda que la materia que más causa problemas entre los estudiantes de todos los niveles son las matemáticas. Y sí, solo hay que ver las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos  (mejor conocida como OCDEpara enterarte de que el nivel promedio de matemáticas en 40 de los 65 países de la lista es bastante bajo.

Sin embargo, aunque tradicionalmente se considera a las matemáticas como una asignatura que “no está hecha para todos”, lo cierto es que prácticamente cualquier persona –desde un niño de escuela primaria hasta un adulto– puede ser bueno en matemáticas si sigue los métodos adecuados de aprendizaje.

Entonces ¿Cómo puedo mejorar en matemáticas?

En este artículo te traemos una lista de consejos desarrollada por expertos que te ayudarán a mejorar tu nivel, y ¿por qué no?, ser bueno en matemáticas. Así que toma nota.

[lista n=1] Aprende y domina lo básico

De alguna u otra forma, todas los conceptos matemáticos están unidas. Es decir, para ser bueno en cálculo, es importante tener una base sólida en álgebra, pero para ser bueno en álgebra tienes que dominar primero la aritmética básica. Y así hay muchos ejemplos.

Por lo general, como lo explica el Dr. Billy Kaleva, la mayor parte de los problemas que tienen los estudiantes con las matemáticas se deben a deficiencias en temas elementales. Esto a la larga crea la creencia de que “las matemáticas son difíciles”, pero lo cierto es que si uno quiere empezar a correr, primero debe aprender a gatear.

Si te cuesta trabajo entender los ejercicios de tu libro o sientes que tu nivel no es el mejor, intenta dominar los temas básicos. Para eso dedica un par de horas a la semana en en tomar asesorías y regularizaciones.

[lista n=2] En vez de memorizar, comprende

Normalmente el sistema educativo está muy enfocado en la memorización de términos y conceptos. Si bien, esto es importante en algunas asignaturas, lo cierto es que en al menos en las matemáticas no es la mejor forma de aprender.

En las clases de matemáticas por lo general te explican los pasos para hacer una operación, por ejemplo, una multiplicación, división o una ecuación. A largo plazo puede que te aprendas el algoritmo, sin embargo, lo más seguro es que se te olvide o te cueste mucho trabajo usarlo en un problema de aplicación.

La mayoría de los expertos coinciden que la manera correcta de aprender matemáticas es a través de la comprensión.  Es decir, en vez de simplemente pensar que “7*6 = 42”, es mejor comprender que si sumas 7 veces 6, el resultado será 42.

Así que la próxima vez que estudies e intentes aprender un algoritmo, trata de comprender primero el «porqué».

[lista n=3] Aprende de los errores

Es fácil cometer errores cuando se aprenden conceptos nuevos, incluso es más normal fallar que tener éxito en un inicio. Por eso evaluar los errores es algo primordial si buscas mejorar.

Cuando hagas un ejercicio y veas que tu resultado no es el correcto, trata de evaluar y reconocer dónde está tu error. Aunque no lo parezca esto aumentará mucho tu capacidad de resolución de problemas.

De igual forma, si te quedas atorado en algún ejercicio, no olvides consultar a un tutor o a tu maestro para que te ayude.

[lista n=4] Enfócate y evita distracciones

Por su naturaleza abstracta, las matemáticas necesitan un esfuerzo extra de concentración en comparación a otras materias y, además, el margen de error es mucho menor. Por ejemplo, un signo puede cambiar completamente el resultado.

Si buscas no solo estudiar mejor, sino también tener un buen rendimiento en tus exámenes, es fundamental estar siempre enfocado en lo que estás haciendo y evitar las distracciones.

Con el tiempo podrás resolver los problemas de forma automática, pero mientras llegue ese día, evita todo lo que te pueda distraer.

[lista n=5] «Mientras enseñamos, aprendemos»

Irónicamente la enseñanza es una de las mejores formas de aprendizaje. Inclusive hay modelos educativos completos que se basan en esa premisa.

Si alguien te pide tu ayuda, intenta explicarle el tema lo mejor que puedas. Ese esfuerzo de expresar de la forma más clara posible, sin que te des cuenta hará que tu comprensión sobre el tema sea más completa.

Otra opción interesante y muy relacionada con este punto es estudiar en grupo. Aparte de que podrás aprender y enseñar al mismo tiempo, hará que tus horas de estudio sea más llevaderas.

[lista n=6] Dale una aplicación

Las matemáticas, aunque son intangibles, son de gran importancia para el mundo en el que vivimos. Sin embargo, cuando las aprendes rara vez se le dan una aplicación real y de ahí nace la típica pregunta que todos los estudiantes alguna vez hemos hecho “¿Eso para qué me va a servir?”.

El darles un uso mientras las aprendes te puede ayudar a tener un punto de vista mucho más amplio sobre el tema. Por ejemplo, con el álgebra puedes calcular proporciones de cualquier cosa (con la famosa “regla de tres”), o con la trigonometría puedes determinar la ruta más corta para llegar a tu casa.

Al final, esa aplicación que le des entre más relacionada con tu vida cotidiana, mejor será.

[lista n=7] La práctica es clave

Como bien dice el dicho: “La práctica hace al maestro”.

Puede que hayas escuchado alguna vez de tus profesores que «lo importante es practicar» y sí, sin duda una de las claves más poderosas para ser mejor en matemáticas (como cualquier otra materia).

En general las matemáticas se pueden considerar un idioma ya que te pueden servir para expresar ideas y conceptos a través de los números. Igualmente, como cualquier otro lenguaje, con la práctica vas mejorando hasta llegar a un punto que se te haga algo totalmente natural.

Así que no lo olvides, lo que se te hace complicado de entender y resolver ahora, dentro de un futuro será tan fácil como sumar 1+1. Tenlo en cuenta.

[lista n=8] No tengas miedo

Aunque no lo parezca, el miedo a las matemáticas es algo real, y probablemente lo hayas sufrido alguna vez.

Puede que por la presión de sacar buenas calificaciones en la escuela o por la frustración de no aprender un concepto que parezca difícil, el miedo y rechazo a las matemáticas puede ser causado por una gran cantidad de factores distintos, pero en general las consecuencias son las mismas siempre.

Entonces, si realmente buscas mejorar y aprender matemáticas fácilmente, es importante dejar de lado el miedo y aceptar el reto del aprendizaje. Ese pequeño cambio de mentalidad puede marcar completamente la diferencia.

Te puede interesar: ¿Cómo perderle el miedo a las matemáticas?

[lista n=+] Otros consejos

  • Trata cuando sea posible resolver problemas matemáticos y de lógica. Entre más sean, mejor, ya que te enseñarán a pensar de manera lógica y perderás el miedo intrínseco.
  • Estudia por las mañanas. Es en estas horas cuando el cerebro funciona mejor.
  • Ve documentales de ciencia (en especial de física) en tus tiempos libres. Te dará un panorama más amplio de aplicación.
  • En vez de odiarlas, amalas. Por lo general hay dos tipos de personas: los que aman las matemáticas y los que las odian. Trata de estar siempre en el primer grupo.
  • Nunca te quedes con las dudas. Si llegaras a tener una pregunta, ve con tu profesor o trata de investigarla por tu cuenta antes de que sea muy tarde.
  • Ten siempre determinación. Si de verdad quieres mejorar, tienes que estar comprometido a aprender sin importar las circunstancias.