El vino es sin duda una de las bebidas más conocidas y consumidas en el mundo. Si bien, en esencia es una bebida alcohólica hecha con jugo de uva, en realidad tiene muchas variedades y estilos diferentes.
Entre todos los tipos de vinos más conocidos están el vino tinto y el blanco. Pero ¿qué es lo que los hace diferentes?
En este artículo te traemos la respuesta para entender los diferentes tipos de vino.
Pero ¿qué es el vino y cómo se hace?
Antes de entrar de lleno en la explicación, es importante comprender la definición de lo que es el vino y su proceso de fabricación.
En términos generales, el vino es un tipo de bebida hecha con jugo fermentado de uva que suele añejarse en barriles de madera. Para realizarse, lo normal es aplastar las uvas recién cosechadas para extraerles el jugo. Mientras tanto, muchos tipos de vino pueden tener pasos extra durante el proceso, o también se le suelen agregar o quitar sustancias para darle así sus elementos característicos.
Entonces, en resumen, todos los vinos se hacen de forma similar, solo que hay pequeños cambios durante el proceso o en los ingredientes, lo que los hace diferentes.
Por qué el vino es rojo o tinto
Si alguna vez te has preguntado el porqué el vino tinto tiene ese color, en realidad, la razón principal va a depender de cada vino, aunque normalmente se debe a la piel de la uva.
La mayoría de los vinos tintos comerciales se suelen elaborar con diferentes tipos de uva que son de color oscuro, incluso algunas parecen negras. Sin embargo, si aplastas estas uvas, verás que el color que sale es más bien claro, por lo que en sí no es la uva lo que le da el tono.
Entonces ¿Por qué tienen ese color? La respuesta es la siguiente:
Durante la elaboración del vino, específicamente durante el proceso de fermentación, el jugo casi transparente que queda al aplastar las uvas se mezcla con las pieles rojas (también llamada hollejos), dando como resultado el color tan característico que conocemos.
Es decir, el proceso es como si pusieras una bolsa de té en una taza con agua caliente. Luego de unos cuantos minutos después de estar dentro de la taza, el color del agua cambia completamente.
Por cierto, este proceso no solo le da el color tan característico que conocemos, sino que también se puede decir que es el responsable del sabor, parte del olor e incluso muchos beneficios a la salud que tendrá el producto final.
Cómo se hace el vino blanco
En ocasiones, tanto el vino blanco como el tinto están hechos por uvas similares. Por ejemplo, el famoso champán se hace con una uva roja llamada Pinot Noir. Entonces, como puedes imaginar, muchas veces lo que hace que sean diferentes al final, está en el proceso de fabricación.
En casi todos los vinos blancos, cuando las uvas se prensan, el paso siguiente es quitarle –además de las semillas, ramos y hojas– la piel de la uva. Con esto, se evita que los pigmentos que tiene los termine absorbiendo el jugo.
Por cierto, como se mencionó en el punto anterior, la piel suele ser la parte que da más beneficios a la salud en el vino, por lo que se dice muchas veces que el vino tinto es mejor para la salud que el blanco, aunque esta idea hay que vera “entre comillas”, como se verá en los siguientes puntos.
Cuándo se toma el vino blanco
Siguiendo la tradición, el vino blanco puede tomarse en cualquier momento del día y se lleva bien con casi cualquier comida, aunque algunos especialistas lo recomiendan con comidas que son más ligeras para no afectar el sabor.
Entre los alimentos con los que mejor se lleva: aves, mariscos (camarones, cangrejos y langostas), pescados, quesos, ensaladas y aperitivos.
¿Y el tinto?
En cuanto al vino tinto, la respuesta suele ser un poco diferente dependiendo el tipo que se elija.
Por regla (casi) general, muchos combinan el vino tinto con sabores más condimentados debido a su sabor más fuerte. Como regla general, la comida que selecciones debe ser tan “fuerte” como el vino.
Por ejemplo:
Vinos como el Merlot se llevan bien con platos como el pavo y el pollo al horno. Mientras tanto, el Cabernet Sauvignon se suele comer con carnes rojas y langostas.
Componentes nutricionales
El vino es de esas bebidas que los últimos años se le ha agregado en la categoría de “benéfico para la salud”. Pero ¿qué tan cierto es esto? Bueno, la respuesta es que, de acuerdo a la sociedad de ASDASDASD, lo mejor para la salud es no beber ningún tipo de alcohol.
Sin embargo, dejando un poco de lado que las bebidas alcohólicas no tienen un beneficio como para que realmente las recomienden los médicos (o al menos los más responsables), estos serían los serían los elementos nutrimentales más importantes:
Vino | Blanco | Tinto |
Calorías | 120 | 127 |
Grasas | 0 | 0 |
Azúcares | 4 g | 4g |
Vitamina B (12 y 6) | 3.8% | 4% |
Cómo se puede observar en la tabla, en teoría tanto el vino blanco como el tinto tienen los mismos componentes nutrimentales.
Lo que sí se ha podido observar a través de distintas investigaciones, es que el vino tinto tiene ligeramente un mayor porcentaje de vitaminas. En el caso del blanco, tiene la ventaja –y más si quieres bajar de peso– de tener un contenido calórico relativamente menor.
Beneficios para el corazón del vino tinto
A lo largo de las últimas décadas se han hecho distintos estudios en los que se buscaba una correlación entre la disminución de sufrir enfermedades cardiacas con el tomar vino tinto de manera habitual.
Lo que se ha encontrado son diferentes tipos de resultados. Es decir, algunos dicen que no tiene una influencia directa, mientras que otros lo ven como un posible complemento.
Sin embargo, lo que si se ha demostrado es que el vino tinto tiene componentes que son antiinflamatorios y antioxidantes, es decir, que pueden tener un efecto positivo a un mediano plazo. Aunque, como se mencionó anteriormente, el vino no se considera como un sustituto de ningún medicamento, ni tampoco se incentiva su consumo en personas que no beben.
¿Cuál es mejor para la salud?
Si se toman como base las investigaciones que se han hecho, el vino tinto suele ser más benéfico para la salud que el blanco, gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorios.
Sin embargo, siguiendo con la premisa de los puntos anteriores, el alcohol no te da un beneficio real para la salud, por lo que no hay que tomarlo como una panacea.
En todo caso, si eres de los que toma de vez en cuando una copa de vino, el vino tinto puede ser ligeramente mejor que todos los demás. Así que tómalo en cuenta.
Hay muchos más tipos de vino
Lo más normal cuando uno piensa en vino es en el blanco y en el tinto, sin embargo, en realidad hay muchos tipos más que probablemente no conocías.
Entre los más habituales, además de los ya mencionados, están los rosados, espumosos y de postre.
Los vinos rosados están hechos habitualmente con las mismas uvas que se usan en la fabricación del vino tinto. En cuanto a su fabricación, se le dejan por algunas horas las pieles de las uvas, para que así adquiera su color característico.
Mientras tanto, los vinos espumosos son un tipo de vino gasificado que cuenta con burbujas de dióxido de carbono. En cuanto a su fabricación, por lo general dependerá del proceso del vino, pero el más común es dejar fermentar el líquido y agregar una pequeña cantidad de levadura para generar la espuma. El más conocido de los vinos espumosos es el champán.
Por último, el vino de postre o dessert en inglés, es aquel que se deja fermentar de forma parcial, lo que da como resultado una bebida dulce. Entre los más conocidos de este tipo están el Porto y el Jerez.