Los últimos años la mariguana (marihuana) se ha vuelto el tema de moda entre los gobiernos de todo el mundo.
Aunque sigue siendo ilegal en prácticamente todos los países, pareciera que estamos cada vez más cerca de su legalización luego de la aprobación en lugares como Uruguay, Israel y en más de 10 estados en los EE.UU.
Si bien, se le han dado infinidad de propiedades curativas, ¿Qué es lo que le sucede al cuerpo cuando uno la consume? En este artículo responderemos esta y otras preguntas relacionadas con la marihuana.
Al fumarla
La marihuana cuenta con miles de sustancias distintas, sin embargo, solo un puñado de ellas crean el efecto psicoactivo que la vuelven tan popular.
Al fumarla, como sucede con el tabaco, sustancias como el THC pasan de los pulmones al sistema circulatorio para luego terminar en unos receptores llamados ‘endocannabinoides’. Todo esto en milésimas de segundo.
Estos receptores juegan un papel importante en funciones vitales para el cuerpo humano como lo son el sueño, el hambre, el dolor y el estado de ánimo. Por esa misma razón, se considera a la marihuana como un ansiolítico, antidepresivo y analgésico natural para gran cantidad de enfermedades distintas.
Efectos perjudiciales a la salud por fumarla
La forma de consumo tradicional es fumarla, sin embargo, no es la mejor para la salud.
Según datos de la Asociación Americana del Pulmón (ALA por sus siglas en ingles), explica que cualquier tipo de humo por combustión es dañino para el sistema respiratorio, en especial para los pulmones. También otros estudios muestran que la cantidad de alquitrán que contiene un cigarrillo de marihuana es hasta 5 veces mayor que la del tabaco, aunque también hay que destacar que el consumo medio de marihuana es muy inferior que el del tabaco.
Una de las alternativas populares al fumarla es utilizar vaporizadores. Si bien todavía no hay los suficientes estudios para comprobar sus efectos secundarios, lo que sí se sabe es que es mucho menos dañina que fumarla.
Al comerla
El comer bocadillos con marihuana es la segunda forma más popular de consumir el cannabis (luego de fumarla).
Entre las principales diferencias con inhalarla está el tiempo que toma en hacer efecto. Es decir, cuando se fuma es casi inmediato el efecto, mientras tanto, cuando se come tarda más (incluso puede llegar a tardar varias horas).
Otro punto que hay que tener en cuenta es que cuando se ingieren alimentos con marihuana el cuerpo tiende a absorber mayor cantidad de cannabinoides. Por lo que no es tan aconsejable comer ‘brownies felices’ si no estás acostumbrado.
¿Qué le pasa al cerebro?
La respuesta al THC depende mucho de la persona y que tan acostumbrada esté a la sustancia, sin embargo las respuestas más comunes al fumar o ingerir mariguana son:
- Se ralentizan las habilidades motoras: esa sensación de estar en ‘cámara lenta’ es un efecto del THC en la corteza orbitofrontal (COF). A diferencia del alcohol que literalmente ‘aturde’ las conexiones cerebrales, el tetrahidrocannabinol hace que la actividad sea mucho más lenta que lo común.
- Despierta el apetito: en la zona del sistema nervioso donde actúa el THC es la misma que regula el sueño y el apetito. Por esa razón, un consumidor habitual de marihuana tiene la necesidad de comer cuando está bajo el efecto de la droga.
- Alivian el dolor: por las mismas causas del punto anterior, el dolor disminuye significativamente.
- Mejora el estado de ánimo: los efectos del tetrahidrocannabinol son similares al de los endocannabinoides (la versión de ‘cannabis’ que fabrica el cuerpo), así que hay un aumento abrupto de dopamina.
- Causa ansiedad: un porcentaje alto de las personas que consumen cannabis comentan que han sufrido un ‘mal viaje’. A lo que se refieren como ‘un mal viaje’, en realidad es uno de los efectos más comunes de la ansiedad, pero en este caso es causada por un efecto secundario del THC.
¿Es adictiva la mariguana?
Esta es una de las preguntas más controvertidas en relación con el tema de la marihuana y que ha y sigue generando decenas de discusiones en la comunidad. Pero el psicólogo clínico y profesor de UCLA, el Dr. John Meagher da una explicación clara a esta cuestión.
“El ser humano tiende volverse adicto a cualquier cosa. Es decir, uno puede ser adicto a correr, otro a ver películas de terror y alguno otro como en exceso chocolates ¿Por qué sería imposible volverse adicto a la marihuana?[…] Lo cierto es que hay sustancias muchísimo más adictivas como lo son la nicotina o heroína, pero eso no significa que sea ‘improbable’ ser un adicto al cannabis”
Al final como se dice habitualmente: nada en exceso en esta vida es bueno.